Probable implicación de ultraderechistas en el asalto a un bar de Valladolid
Los autodenominados Grupos Armados Revolucionarios se han responsabilizado, mediante llamada telefónica a El Norte de Castilla del asalto perpetrado el martes por tres jóvenes contra el bar El Largo Adiós. La voz anónima que entró en contacto con el periódico vallisoletano terminó su mensaje con el grito de Arriba España. La citada organización se atribuyó también la paternidad de los atentados llevados a cabo a finales de noviembre contra el citado periódico y contra la sede de la CNT. En el primero de ellos fue arrojado un cóctel molotov que incendió parte de las oficinas de administración del rotativo. En el domicilio de la central anarquista fue colocada una bomba compuesta por pólvora prensada, que destruyó casi todo el local.
El asalto a El Largo Adiós arrojó el saldo de un herido grave. Los agresores dispararon cuatro veces desde el exterior del establecimiento, después de romper una ventana con un objeto de hierro. Dos de las balas alcanzaron a Jorge Simón, de veintiséis años, ex militante del Partido del Trabajo, organización que abandonó hace dos años, que se hallaba con unos amigos en una mesa. El joven fue operado urgentemente en el Hospital Clínico y su estado evoluciona favorablemente. Según uno de los médicos del departamento de neurocirugía, una de las balas se alojó en el canal raquídeo y afectó a varias raíces nerviosas. Pese a ello, se confía en que el herido no quede paralítico, ya que ahora mueve ambas piernas, aunque la derecha mucho menos que la izquierda.Los doctores, antes de emitir un diagnóstico definitivo, prefieren esperar 48 horas para ver cómo se comportan las raíces dañadas. La otra bala pasó entre el cuero cabelludo y los huesos de la cabeza, con orificios de entrada y salida. Afortunadamente el proyectil no interesó el tejido cerebral.
El Largo Adiós ha sufrido desde su inauguración numerosos atentados, todos elles atribuidos a la extrema derecha. El café, propiedad, en principio de un grupo de jóvenes, se convirtió en lugar de tertulia y cita de personas de ideología izquierdista. Las agresiones de la ultraderecha llevaron a sus dueños a cerrarlo y a traspasarlo hace poco más de un año. También fue escenario de frecuentes redadas de la policía a la búsqueda de drogas.
Los nuevos propietarios se marcaron la tarea de cambiar la imagen del establecimiento, pero El Largo Adiós va unido ya casi inseparablemente a ambientes progresistas. Esta puede haber sido la causa del atentado, ya que se piensa que la acción fue realizada para escarmentar o atemorizar a los sectores de izquierda. Todas las opiniones coinciden en señalar que el atentado no se llevó a cabo contra una persona o un grupo concreto, sino contra lo que significa El Largo Adiós.
Larga historia de violencia
Los sucesos del martes se inscriben dentro de la escalada de violencia que se registra en Valladolid desde hace dos meses. A finales de noviembre explosionaron en una sola semana tres artefactos. En diciembre, a raíz del asesinato de Juan Ignacio Fernández, en Madrid, grupos de extrema derecha asaltaron la facultad de Derecho, hirieron a un estudiante y amenazaron de muerte al vicedecano. Al día siguiente hubo peleas y golpes entre grupos de distinta ideología y una manifestación antifascista no autorizada acabó en enfrentamientos con la policía.El 3 de enero apareció destruido el coche que utiliza el presidente de Fuerza Nueva. Junto al motor había sido instalado un artefacto, que lanzó el vehículo contra una tienda de las cercanías. Ninguno de estos sucesos ha sido aclarado ni se ha detenido a los responsables, salvo en el asalto a la facultad de Derecho. Sin embargo, los siete presuntos responsables fueron puestos en libertad poco después de su detención.
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