El contraterrorismo vasco
Las relaciones franco -españolas, cargadas de prejuicios desde los crímenes que Napoleón perpetró del otro lado de los Pirineos, no necesitaban verdaderamente del terrorismo vasco. Se pensó, en un momento, después del voto del Estatuto de autonomía del País Vasco, que el terrorismo practicado por las dos ramas de ETA iba a terminar. No sucedió así, y el ciclo terrorismo-contraterrorismo no cesa, comprometiendo, por el contrario, un poco más cada día el diálogo entre París y Madrid.Incapaz de liquidar una minoría de nacionalistas fanáticos, el Gobiemo español no duda jamás en designar a su opinión pública un chivo expiatorio ideal: Francia, que daría pruebas de una tranquilidad culpable con respecto a los terroristas comprobados y efectivos. El acta de acusación no es sólida: la policía francesa ha refórzado indiscutiblemente la vigilancia de los militantes vascos refugiados en Francia. Sin embargo, no se comprende por qué razón los tribunales deberían ceder a todas las demandas de extradición, a menudo basadas en sirnples sospechas, que presentan las autoridade; espaiíolas. Las acusaciones espaholas son más asombrosas en tanlo que la policía de Madrid, prirnera responsable del mantenimiento del orden en España, no es más eficaz que la policía francesa.
La lucha contra el terrorismo ha llevado, por otra parte, a las autoridades españolas a cubrir, si no a organizar, operaciones de baja policía, totalmente inaceptables, en el territorio francés. Es evidente que el asesinato de José Martín Saga-rdía Zaldúa, en Biarritz ha sido preparado en Madrid, como lo había sido hace un mes el atentado ciego contra un bar de Hendaya.
Que estos actos inadmisibles de contraterrorismo se hayan llevado a cabo por ciudadanos españoles, granujas franceses o antiguos militantes de la OAS refugiados en España, no exime en nada la responsabilidad de las autoridades españolas. Si Madrid está en su derecho de esperar de Francia una actitud responsable, París no puede y no debe aceptar que, en nombre de una lucha antiterrorista siempre dudosa, varios departamentos franceses sean transformados en campos de tiro.
1 de enero
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.