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Las eléctricas fueron el centro de atracción del mercado

Las eléctricas, con sus ampliaciones de capital a cuestas, continuaron centrando la atención de los interesados en el negocio bursátil, tanto por la agilidad con que se realizaban las operaciones como por la soltura con que conseguían mantener sus niveles de precios.Quizá el punto primero -es decir, el que se refiere a la fluidez de contratación- haya resultado el más destacado por sorpresivo. Realmente, casi nadie esperaba que la cotización de los cupones resistiese en valores próximos a sus precios teóricos, pero menos expertos aún entendían la posibilidad de que se negociasen los derechos de suscripción con la fluidez que se viene dando.

Existen una serie de factores que pueden ayudar a la comprensión de este fenómeno, aunque no lo justifican por completo.

Por una parte, ha resultado sorprendente la aceptación que han tenido estas ampliaciones de capital entre los antiguos tenedores de acciones eléctricas. Se han producido muy pocas órdenes vendedoras. Además, entre los accionistas existía el convencimiento de que no habría que realizar un desembolso matiería para cubrir las suscripciones ya que se percibirá en los primeros días de enero un dividendo del 5%, lo que supone prácticamente cambiar papel por papel. Por otra parte, el Banco de España, uno de los principales accionistas de las compañías del sector, no ha puesto en los parqués sus derechos a la venta. El posible acuerdo con estas sociedades por el que el banco emisor les habría vendido gran parte, si no la totalidad, de sus participaciones sería una de las razones que justificasen la escasa beligerancia del Banco de España en los mercados de valores. Por otra parte, existe un grupo comprador definido, y que es el que generan quienes vendieron sus acciones en semanas anteriores, para adquirir derechos, bien buscando el no percibir los dividendos para mantener sus bases imponibles a efectos fiscales, o sencilla mente porque apostaron por una caída en picado de los precios de los cupones. A esto hay que añadirle el cuidado al que someten los protectores del grupo a estos valores, aportando contrapartidas para evitar oscilaciones fuertes en las cotizaciones.

Donde se detectaron las mayores presiones vendedoras fue en los valores con cotizaciones por debajo de sus precios de los primeros días del año, ya que se buscaba fundamentalmente el realizar minusvalías.

En el mercadillo de letras de cambio se apreció un importante incremento en los volúmenes de negocios, como consecuencia de que el difuso control fiscal al que están sometidos estos activos les constituye en un refugio privilegiado para los inversores poco amigos de aclarar sus posiciones con la Hacienda pública.

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