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Alivio en Inglaterra y el Ulster tras el fin de la huelga de hambre de los presos del IRA en Belfast

En medio de un alivio general en Inglaterra y el Ulster, compartido en la República de Irlanda por el fin de la dramática huelga de hambre de siete republicanos irlandeses en la prisión de Maze, el Gobierno británico y el IRA intentan capitalizar este desenlace. Según el Sinn Fein, ala política del IRA, Londres ha cedido a las exigencias de los presos. En la capital británica sin embargo, se interpreta el fin de la huelga como una victoria indiscutible debida a la firmeza de la primera ministra, Margaret Thatcher, que ha llevado hasta el final su decisión de no conceder la condición de prisioneros políticos a los huelguistas.

El final aparentemente feliz de este pulso de 54 días se vio ensombrecido anoche por el anuncio oficial de que la salud de Sean McKenna, uno de los iniciadores de la protesta, se ha agravado súbitamente, a pesar de que se le suministra suero y vitaminas. McKenna estaba el pasado jueves al borde del coma y casi ciego, debido a su largo ayuno.Los otros treinta presos que estaban en huelga de hambre desde comienzos de la semana pasada, y las tres mujeres en la cárcel de Armagh, volvieron a comer con normalidad. Estas han perdido siete kilos y, aunque débiles, están fuera de peligro. Seis de los siete presos que anteanoche sus pendieron su huelga de hambre, tras 53 días, desayunaron ayer huevos revueltos, según informó el Ministerio para Irlanda del Norte. El IRA provisional ha suspendido todas las huelgas, incluida la llamada «protesta sucia». Los presos han abandonado su actitud, esperando que el Gobierno cumpla sus promesas. La razón de esta decisión, según el Sinn Fein, ala civil del IRA provisional, es que los republicanos irlandeses han conseguido ganar una batalla política sobre el Gobierno en su campaña por mejorar las condiciones en las prisiones del Ulster.

El secretario de Estado para Irlanda del Norte, Humphrey Atkins, ha declarado que un documento enviado el día anterior a los presos de la cárcel de Maze sólo contenía detalles de ofertas que ya se habían hecho el 4 de diciembre, e la una respuesta parlamentaria por escrito. Ayer se supo que un sacerdote católico fue a la cárcel de Maze para hablar con los huelguistas, y aparentemente les convenció de que cesaran en su actitud. Les enseñó una copia de un documento de 32 páginas que describía los privilegios de que podrían disfrutar si terminaban sus huelgas. El documento era el texto de una intervención de Atkins en la radio y en la televisión, destinada al pueblo de Irlanda del Norte, y que fue transmitida ayer al mediodía. Esta intervención fue grabada antes de que los huelguistas decidieran abandonar su actitud.

Posible pacto

La cuestión es saber si el Gobierno ha pactado con los huelguistas. El diputa do unionista lan Pasley, quien ayer tuvo una movida entrevista con la primera ministra, Margaret Thatcher, acusó a Atkins de haber llegado a un acuerdo secreto con los presos republicanos. Según fuentes del Sinn Fein, Atkins había concedido a los huelguistas, y a todos los presos de Irlanda del Norte, las demandas que pedían, a saber: el derecho a vestirse con ropa propia; a no hacer tareas de las prisiones; a la libre asociación; a organizar su tiempo libre y a recibir una carta, un paquete y una visita cada mes, y a recuperar las remisiones de las penas, pérdidas por las protestas.

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El director de publicidad del Sinn Fein, Danny Morrison, declaró, sin embargo, ayer que el Gobierno británico ha reconocido de hecho el estatuto político de los presos republicanos. Sinn Fein afirma que los reclusos llevarían ropa propia todo el tiempo y que no harían trabajos de las prisiones.

Los republicanos mantienen que en el documento que les fue mostrado a los presos en la noche del jueves se decía que desde el momento en que terminaran las protestas "los uniformes de prisión se convertirían en algo del pasado para todos los prisioneros».

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