"Una mujer" telefilme italiano feminista
Comienza a emitirse hoy el último «gran relato» del año: el telefilme italiano (producido por la televisión estatal, RAI, en 1977) Una mujer, adaptación en seis capítulos de la novela escrita por la novelista Sibilla Aleramo (seudónimo de Rina Faccio) y publicada por primera vez en 1906.Después de una larga serie de sagas británicas ambientadas a finales del siglo pasado, el escenario, aunque no la época, se traslada a Italia, con la obra de una pionera del feminismo.
Televisión Española, que recientemente renunció a coproducir con la RAI el importante telefilme Marco Polo (que se rueda actualmente en Venecia y China), sigue sin emitir, por problemas de censura -como en su día denunció el diputado socialista Rodolfo Guerra en el Congreso de los Diputados-, algunas series italianas, como Alle origini della maffia (emitida incluso por la cadena norteamericana ABC), y que desde hace, mucho tiempo RTVE se niega a programar, aunque el telefilme ya esté doblado al castellano. Suerte análoga corrió el telefilme norteamericano Washington behind cIosed doors (Washington detrás de las puertas cerradas), telefilme sobre el escándalo Watergate y caída del presidente Richard Nixon, ofrecido en distintas ocasiones por la empresa distribuidora a los actuales directivos de Televisión Española, que lo rechazaron sin explicación coherente, a pesar de que fue exhibido por la mayoría de las televisiones del mundo. Son, entre otros, dos de los «grandes relatos» que no fue posible ver este año.
El telefilme Una mujer narra, a partir de la novela, que está considerada como una autobiografía de la autora, la historia de dos mujeres, madre e hija, que intentan sucesivamente liberarse de la prepotencia y mezquindad de sus maridos. El ingeniero Fabbri se traslada, a finales del siglo XIX, al sur de Italia para dirigir una fábrica. Su esposa, Lina, intenta el suicidio después de soportar una monótona y aburrida existencia doméstica. La mayor de las hijas, Lina, impresionada por estos hechos y en conflicto con su padre, acepta casarse con Antonio, quien después se revela ambicioso, prepotente y falto de inquietudes intelectuales. Lina tiene un hijo, Lucas; es víctima de un escándalo amoroso provocado por la mujer de un pretendiente suyo y obligada a suicidarse para salvar el honor de la familia. Lina, como había sucedido con su madre, es salvada a tiempo y, cuando la familia se traslada a Roma, comienza a trabajar en un periódico feminista y a frecuentar círculos progresistas. La familia tiene que volver al Sur cuando el marido asciende a la dirección de la fábrica, y Lina opta por abandonarle aun a costa de renunciar a su hijo.
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