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Guruceta quiso echarse a los leones

José Emilio Guruceta sabe que, como Juan Belmonte, tendrá que hacer lo posible para ser mártir en la arena. Guruceta, hasta ahora, solamente ha sido anatematizado, y en Barcelona. Guruceta tuvo la ocasión del martirologio hace unas temporadas, cuando pudo y debió expulsar a Amancio. Pero entonces no se atrevió. Le faltó fe para entregarse a las fieras. Y el domingo, por motivos indirectos, estuvo a punto de lanzarse a los leones. Guruceta, al ver a su auxiliar en el suelo, tuvo un arranque y quiso dirigirse hacia aquel que tras derrotar contra el graderío lanzó una esquirla a la cabeza del juez de línea.Guruceta fue lo mejor del partido. Dio una lección. Pero el público se llegó a impacientar, porque no llegaban los goles. Y, a cada fuera de juego señalado por el linier de la banda, surgieron las protestas airadas. La pedrada al auxiliar de Guruceta llegó de la misma zona que se comenzó a lanzar botellazos en aquella final de Copa contra el Barcelona, que produjo la posterior prohibición de la venta de envases de cristal en los campos de fútbol. Y tuvo que ser Juanito quien prestara los primeros auxilios al linier, árbitro de Tercera División otros domingos.

Gracias al lamentable espectáculo de ese congénere de Jaime, el internacionalmente famoso agresor de Linemayer, tuvimos algunas emociones suplementarias. En juego, Madrid y Salamanca rivalizaron en mediocridades. En goles tuvo más suerte el equipo de casa. Un afortunado tanto de García Hernández y un penalty hecho a Santillana y que transformó hábilmente Juanito, sentenciaron un encuentro que pudo haber tenido más fuego de no haber surgido García Remón como bombero providencial.

Estaba el marcador con el cero a cero inicial cuando en magnífico contragolpe Pepe se plantó ante García Remón. El disparo del centrocampista salmantino lo repelió el guardameta madridista. El balón fue a parar a Ito, quien se encontró en posición de fusilamiento. Engatilló bien y disparó bien. Pero surgió de nuevo García Remón en un alarde de reflejos y evitó el gol. El Salamanca, que tuvo tantas ocasiones, o más, de marcar que el Madrid, perdió, en segundos, dos oportunidades de libro para irse hacia los minutos decisivos con una ventaja en el marcador, que visto como se desenvolvía el Madrid pudo haber sido el bombazo de la semana.

El Salamanca, sin directiva y con un entrenador improvisado, su antiguo extremo Muñoz, planteó seriamente su encuentro en el Bernabéu y apuntó mucho más alto de lo que la clasificación puede significar. Se defendió con orden marcó eficazmente a los mejores hombres del Madrid y realizó nuimerosos contraataques en los que puso en serios aprietos a los defensores blancos. El Salamanca dejó delante muy aislados a Ito y Báez, pero Corominas, Pepe y Escribano les enviaron largos pases en los que ambos delanteros se movieron con soltura. A Ito no pudo nunca sujetarle García Cortés. El joven extremo salmantino sentó plaza de hombre con espléndido futuro. En cortos regates llegó a burlar a cuatro madridistas seguidos. Ito fue sin duda lo mejor del encuentro. Fue un gran hallazgo. La pena es que dentro de cuatro días, cuando se dé cuenta de que es gente, querrá jugar en plan estrella como Juanito.Y nos habremos quedado sin otro extremo. Juanito, el domingo, estuvo las más de las veces por detrás de Angel.

El Madrid se salvó del primer tropiezo serio gracias a García Remón, Stielike, Camacho y Gallego. A éste hay que decirle que no es obligatorio apuntarse a todas las peleas, como tampoco lo es que ceda el balón en corto al primero que se lo pida.

El Madrid dio una de las notas más bajas del presente torneo. El Salamanca parece condenado al mismo suplicio que Málaga y Almería, los tres protagonistas del escándalo del pasado año.

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