Lucha de tendencias en el nuevo régimen de Guinea-Bissau

El ex presidente de Guinea-Bissau, Luis Cabral, va a ser juzgado bajo la acusación de ejecuciones sumarias, torturas y corrupción. La decisión de los nuevos dirigentes de esta antigua colonia portuguesa que asumieron el poder tras el golpe de Estado del pasado 14 de noviembre, parece confirmar la confusión y el endurecimiento de la lucha de tendencias en el seno del equipo que derrocó a Luis Cabral.En la conferencia de Prensa dada el lunes, el nuevo líder de Guinea, Bernardino Vieira, reafirmó su intención de Permanecer fiel a la línea política y al programa del Partido Africano para la Independencia de Guinea y Cabo Verde (PAIGC), el partido en el poder en Bissau y Cabo Verde. Negó ser el promotor de un golpe de Estado, reduciendo los acontecimientos a la destitución (le un «camarada que se había desviado de la línea del PAIGC», y aceptó el principio, de un encuentro con Arístides Pereira, el presidente de Cabo Verde, que es también el secretario general del PAIGC.

La revelación de la existencia de fosas comunes en diversos lugares donde habrían sido enterrados opositores al régimen depuesto, ejecutados por orden personal de Luis Cabral, y el amplio aprovechamiento de estos hechos por la Prensa internacional fue el preludio de la decisión anunciada:

Luis Cabral será juzgado, pero con él también Arístides Pereira y José Araújo, este último, ideólogo del PAIGC.

Bernardino Vieira, combatiente «histórico» de la lucha anticolonial, cuya fidelidad al partido de Amílcar Cabral no es puesta en duda por los dirigentes del partido en Cabo Verde, estaría ahora «preso» de las presiones ejercidas por otros elementos que participaron en el golpe. Primer ministro hace dos años, comandante supremo de las fuerzas armadas, Bernardino Vieira tendría muchas dificultades para justificar su ignorancia de los «crímenes» ahora imputados a Luis Cabral.