El Gobierno portugués pedirá al Parlamento un voto de confianza

El Gobierno portugués, presidido por Francisco Sa Carneiro, pedirá esta semana al nuevo Parlamento luso un voto de confianza para seguir dirigiendo la política nacional hasta el inicio, en enero, del próximo mandato presidencial.El Gobierno de centro-derecha, para conservarse fiel a su compromiso de no rendir pleito de cortesía al presidente Eanes, ha prescindido de todas las formalidades que rodean habitualmente la apertura de los trabajos de un Parlamento recién elegido. El día 13, fecha de la reunión de la Asamblea de la República, no habrá sesión solemne presida por el jefe del Estado. El Gobierno, que no dimitió después de las elecciones, tampoco propondrá al Parlamento un programa de acción para los meses venideros.

El Ejecutivo de Sa Carneiro considera que las prerrogativas del poder legislativo serán suficientemente garantizadas por un debate de política general, abierto a petición del Ejecutivo, y que culminará con un voto de confianza. Previamente, los diputados procederán a la elección de su presidente, que, según todas las probabilidades, será el presidente anterior, el socialdemócrata Leonardo Ribeiro de Almeida, y discutirán, también por iniciativa de Alianza Democrática, un proyecto de alteración del reglamento interno de la Cámara, que reducirá seriamente la capacidad de maniobra de la oposición.

El empeño del Gobierno de centro-derecha en demostrar la imposibilidad de cualquier tipo de colaboración entre él y el actual ocupante del palacio presidencial de Belén -con el fin de convencer al electorado de la necesidad de elegir al candidato presidencial de Alianza Democrática, so pena de desencadenar una «guerra institucional», que sería fatal para la estabilidad del régimen democrático- está creando situaciones originales, pero generadoras de tensiones. Es el caso de la Policía de Seguridad, la corporación más numerosa de las fuerzas del orden, que se encuentra sin jefe desde el pasado lunes. En esa fecha fue publicado, en el Diario Oficial, el orden de cese del general Lopes Alves, que pidió su dimisión a consecuencia de un conflicto de competencias con el ministro de la Gobernación. El jefe del Estado todavía no ha nombrado sustituto y parece que la decisión se encuentra congelada.