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España e Indonesia inician una nueva etapa de cooperación económica

El Rey de España y el presidente de Indonesia declararon ayer en Yakarta que ambos países han iniciado, con la visita de los Monarcas hispanos al archipiélago, una nueva etapa de las relaciones de ambos países, en la que los aspectos económicos y empresariales ocuparán un lugar importante. Estas afirmaciones fueron hechas en los brindis que siguieron a la cena de gala que el presidente Suharto ofreció a don Juan Carlos y doña Sofía en el palacio Istana Negara, y con la que se cerró la primera jornada oficial de los Reyes en este país.

Como lo han subrayado ambos jefes de Estado, existen amplias posibilidades para que España e Indonesia desarrollen amplios campos de cooperación económica y comercial, contando con la tecnología media hispana, que bien viene a estas latitudes, y con la enorme riqueza en materias primas que posee el archipiélago. Para hoy está previsto que altos funcionarios de ambas delegaciones, presididos quizá por los ministros de Asuntos Exteriores, se extiendan en el análisis de las cuestiones económicas, entre las que destacan posibles nuevos contratos de petróleo, construcción de una refinería, proyecto de centrales eléctricas, desarrollo de las importantes fábricas de cemento y de construcción de aviones que han sido puestas en marcha por los dos países y que se encuentran en pleno rendimiento en la producción de cemento y en el montaje del Aviocar Casa 212, así como en la construcción del Casa 235. Precisamente, el Rey de España visitó ayer en Bandung las instalaciones de la empresa Nurtanio para la producción de aviones, en la que España posee el 50% del capital.Antes de esta visita al oeste de la isla de Java, don Juan Carlos inició su jornada en Yakarta, a primera hora de la mañana, ofreciendo una corona de flores en el «cementerio de los héroes de este país», y la concluyó en la cena oficial de gala ya mencionada, en la que ambos jefes de Estado recordaron que hace unos seis siglos navegantes españoles surcaron estas aguas y establecieron un primer contacto entre los pueblos de ambos países. En su discurso, el Rey expuso al presidente Suharto lo que consideró como «alguna de las características» de la vida española, subrayando la vida democrática y parlamentaria. Estas palabras del Rey, en un país donde la democracia es ficticia o casi inexistente, tienen un valor especial y recuerdan a las que don Juan Carlos pronunciara en Buenos Aires ante el presidente Videla con un contenido similar, aunque con una especial mención también a los derechos humanos.

Mientras el Rey visitaba Bandung, por la mañana, la reina Sofía que, por cierto, cumple hoy 42 años y que quizá para celebrarlo se escapó, en la noche de anteayer, con don Juan Carlos a cenar en la intimidad en un restaurante indonesio, se trasladó a Yoyakarta, al sur de Java, para conocer la ciudad religiosa de Borobudur. La devoción de la Soberana española por la arqueología es conocida desde hace ya muchos años. Por ello, la visita al templo de Borobudur parecía una escala obligada de la Reina, quien ya se había documentado, con anterioridad, sobre la historia y peculiaridad del impresionante templo budista, construido alrededor del año ochocientos antes de Jesucristo y sito en un paradisíaco lugar de Java, rodeado de palmeras y sometido a fuertes calores. Durante la visita de doña Sofía se registraron 31 grados, con un 80% de humedad.

La Reina, en el templo de Borobudur

Durante su estancia en Borobudur, templo de enorme belleza, del que se dice ser el segundo en antigüedad de toda Asia, la Reina permaneció en las inmediaciones del monumento religioso, mirando meticulosamente su construcción, sus perspectivas y los budas, que, aunque descabezados muchos de ellos, constituyen magníficos ejemplares de escultura antigua. La Soberana fotografió el templo, tocó a un buda en busca de la suerte, como se dice en estas latitudes, y saludó a unos setenta niños que interpretaron ante ella un baile, simulacro de combate de caballería, con delicados caballitos de cartón pintado. A mediodía, la Soberana almorzó con las autoridades locales que la acompañan, mientras un grupo folklórico interpretaba música del lugar.

Al término del almuerzo, doña Sofía recibió un cuadro del templo de Burubudur, recientemente pintado, y también otra reproducción del edificio, hecha en madera. Antes de abandonar el lugar, la Reina y su comitiva visitaron un mercadillo de productos artesanales de la zona.

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