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Reportaje:

Cifras irreales y datos inflados en los presupuestos de RTVE y sus empresas estatales, según el Grupo parlamentario Comunista

La ilegalidad y la irracionalidad en la distribución de partidas, la existencia de cifras irreales y de datos inflados, son las principales razones en las que el Grupo parlamentario Comunista fundamenta su enmienda a la totalidad del proyecto del presupuesto del ente público RTVE y de sus sociedades. Los recursos de RTVE para el próximo año, los más altos de su historia, ascienden a 31.943 millones de pesetas. De estos millones, cien provendrían de un impuesto inexistente, como es el caso por tenencia de receptores. Por el mismo concepto, no obstante, en los presupuestos de 1979 y 1980 se fijaron unos ingresos de 3.600 millones de pesetas cada año. La publicidad, en ocasiones al margen de la ley, se incrementa en un 40%, mientras desciende la inversión para producción de programas, fin primordial de esta empresa, a la que el Estado subvenciona.

Radiotelevisión Española tendrá por primera vez en su historia, como consecuencia del estatuto de la radio y televisión, cuatro presupuestos separados, en vez de uno, como le correspondía al extinto organismo autónomo: ente público RTVE (servicios comunes), Radio Nacional de España (RNE), Radio Cadena Española (RCE) y Televisión Española (TVE).Los dos primeros argumentos del Grupo parlamentario Comunista para rechazar la totalidad del proyecto de presupuestos del ente público y sus tres sociedades que el Gobierno somete a la aprobación de las Cortes se fundamentan en que no se somete a la nueva configuración jurídica del ente público.

El presupuesto para el ente público, afirma la enmienda, no se ajusta de modo subsidiario al de los organismos autónomos, en tanto no se dicten normas legales, como dispone la ley, sino que se establece « arbitrariamente de acuerdo con las normas que rigen para las sociedades estatales». Puesto que el ente público RTVE no es una sociedad estatal, el presupuesto, concluye la enmienda, no es conforme a la ley.

Contradicciones

Son, por el contrario, empresas estatales RNE, RCE y TVE, pero la memoria presentada por los responsables de administración y finanzas de RTVE, bajo el título Anteproyecto de presupuesto de RTVE para 1981, se empeña errónea y reiteradamente en calificarlas como «empresas filiales». La enmienda comunista afirma de estos otros tres presupuestos que se les aplica «abusivamente» la normativa de las sociedades estatales.El primer dato en discordia es la magnitud de los recursos del presupuesto de explotación consolidado: el texto remitido por RTVE afirma en la página 005 que estos ascienden a 31.9,43 millones, mientras que en la página 081 del mismo texto se dice que los recursos se cifran en 31.714 millones de pesetas. La desviación de 229 millones de pesetas no se explica en la memoria, por más que se trate de una cantidad respetable aun para una empresa frecuentemente acusada de manejar «con alegría» fondos públicos.

Los ingresos provenientes del canon impuesto por tenencia de receptores (se supone que referido a los televisores en color), cifrados en cien millones de pesetas para 1981, constituyen la más peculiar fuente de financiación de RTVE. La memoria elude este impuesto y no explica por qué en 1979 y 1980 se presupuestaron 3.600 millones de pesetas cada año por tal concepto, «sin que se haya recaudado ni un sólo céntimo», dice la enmienda. Sin embargo, RTVE piensa recaudar este ano una cantidad 36 veces inferior a la presupuestada en los ejercicios anteriores.

La razón por la que existen las empresas emisoras de radiotelevisión es la producción y difusión de programas. La enmienda señala, en este sentido, que las tres sociedades estatales rebajan en cuatro cientos millones de pesetas corrientes (un 6,5 %) los recursos para programas, hecho que «en términos reales supone una disminución del 20%». La memoria sostiene que las necesidades económicas para la producción y compra de programas de televisión se estiman en 7.500 millones de pesetas, pero que la petición se reduce a tan sólo 5.146 millones de pesetas. La enmienda comunista considera que esta detracción de 2.354 millones de pesetas es muy grave, por las mismas razones que inspiran a los gestores de RTVE a proponer tan «drástica» solución: la colonización de programas extranjeros se incrementará, en detrimento de la producción propia. Como puede observarse en el cuadro, el importe de la compra de programas en soporte filmado a terceras empresas es prácticamente idéntico al dinero que se invertirá en la totalidad de programas informativos producidos en Prado del Rey, incluido los costes de colaboradores. La enmienda acumula, como males derivados de este recorte, el subempleo de los actuales medios humanos y técnicos de RTVE. La memoria, por el contrario, defiende que, a pesar de esta medida, RTVE se propone «intentar mantener el nivel de calidad de la programación»; propósito que la enmienda califica como «sarcástico» a la vista de la «mediocridad e ínfima calidad de la programación actual». RTVE habría adulterado así la propia finalidad del organismo. Quizá todo se explique por el hecho de que casi dos tercios del personal están ocupados en tareas burocráticas- y tan sólo el tercio, restante -en el que se incluyen jardineros, carpinteros y, probablemente, conserjes- se dedica a la producción de programas.

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