Wyszynski informa a Juan Pablo II de sus entrevistas con Kania
La cena a la que Juan Pablo II invitó, en la noche del pasado jueves, al primado de Polonia, Stefan Wyszynski, que llegó a Roma esa misma mañana, significó, de hecho, una «mini cumbre» polaca en el Vaticano, aseguraron ayer fuentes solventes.Tan respetuoso como siempre por quien sigue considerando su padre espiritual, el Papa besó la mano de Wyszynski cuando le recibió, a mediodía del jueves, en su despacho para una breve entrevista. Se puede imaginar, sin riesgo a equivocarse, que las primeras palabras del primado a Karol Wojtyla fueron: «Esto es lo que Kania (primer secretario del PC polaco) me dijo ( ... )». Kania se entrevistó dos días antes con Wyszynski, en Varsovia, para tratar «cuestiones de importancia capital para la paz interior y el desarrollo de Polonia».
En ausencia de mayores precisiones sobre esta «mini cumbre», parece que todas las personalidades religiosas polacas residentes ahora en Roma, que se habían trasladado al aeropuerto para recibir al primado, fueron invitadas a la cena. Entre ellas, el cardenal Ladislav Rubin, prefecto de la Congregación de las Iglesias Orientales, Jozef Kowalcyk, de la Secretaría de Estado vaticana, Janusz Bolonek, secretario para asuntos públicos de la Iglesia. Franciszek Macharski, arzobispo de Cracovia y, con seguridad, el secretario del Papa, Stanislaw Dziwisz.
El jueves fue la segunda ocasión en que el Papa vio a Wyszynski, desde el pasado mes de enero, durante el sínodo de cardenales. Llegado a Roma, en esta ocasión para asistir oficialmente a la beatificación de Don Oriol, fundador de la Obra de Asistencia a los Niños Impedidos, el primado polaco permanecerá en Italia dos semanas.
El primado, necesario
Se ha descartado, según fuentes solventes, que Juan Pablo II hiciera venir a Roma a Wyszynski para tratar sobre su eventual sucesor como primado de Polonia, el cardenal de Varsovia. A pesar de que Wyszynski ha sobrepasado la edad de 75 años, fijada para el retiro, el primado se encuentra en perfecta forma física e intelectual. El Papa no tiene intención de privarse de su participación.Después de la breve entrevista entre Juan Pablo II y Wyszynski, a mediodía del jueves, el primado de Polonia conversó con los obispos de su país presentes en el sínodo: el cardenal Macharski, Wilhelm Pluta, obispo de Gorzow, y el arzobispo Jozef Rozwadowski, de Lodz. Inmediatamente después se trasladó a la casa de los peregrinos polacos en Roma, para saludar al grupo que el Papa recibió en audiencia el día anterior, miércoles. Había un grupo de religiosos paulistas y dos grupos de obreros de Gdansk y metalúrgicos.
La cena-entrevista de la noche del jueves tuvo lugar en el comedor del apartamento pontificio, en el tercer piso del palacio, que desde el comienzo del mandato de Juan Pablo II, hace dos años, ha visto desfilar más huéspedes que en todo un siglo.
En las palabras que el Papa pronuncie en los próximos días se podrá adivinar hasta dónde está dispuesta a llegar la Iglesia polaca en la «cooperación constructiva» entre la Iglesia y las autoridades de Polonia.
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