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Reportaje:

La producción de HYTASA aumentó desde su incautación por el Estado

La producción actual de la empresa Hilaturas y Tejidos Andaluces, SA (Hytasa) supera en un 15% al 20% la del mismo período del año 1979 a pesar de la reducción de la plantilla en setenta personas, según declaró a EL PAIS el director gerente de la misma, José Fernández Zamorano, al cumplirse hoy ocho meses desde que se procedió a su incautación por el Estado en base a una ley de 1939.

HYTASA fue incautada el 23 de febrero después de intensas negociaciones entre el entonces vicepresidente del Gobierno para asuntos económicos, Abril Martorell, representantes de los trabajadores y de los accionistas, en un momento en que la empresa estaba en una situación enormemente difícil a causa de la crisis general del sector textil y de una gestión considerada desastrosa en diversos medios patronales y oficiales.Para hacerse cargo de la fábrica, el Gobierno impuso determinadas condiciones. Los accionistas tuvieron que acordar la suspensión de pagos («había que deslindar con claridad las responsabilidades de la empresa antes y después de la incautación, porque se estaba jugando con fondos públicos») y los 1.819 trabajadores aceptaron la congelación salarial -aumento del 4% durante los años 1980 y 1981-, la movilidad de plantillas y un compromiso de paz laboral. La contrapartida era importante: la continuidad de HYTASA.

El consejo de incautació quedó compuesto por un presi dente, designado por el director general del Patrimonio del Estado, dos vocales nombrados por el Ministerio de Hacienda, un interventor del Estado, un accionista y un representante de los acreedores que tenía entonces la empresa. El propio consejo eligió un director gerente, José Fernández Zamorano, que es la máxima autoridad ejecutiva en la nueva andadura de HYTASA Con posterioridad se han establecido lazos de coordinación con Intelhorce (Málaga), otra empresa textil intervenida.

La situación en que el consejo encontró la fábrica no podía ser peor. Gran parte del personal estaba ocioso, los telares se conservaban mal -hubo que hacer fuertes inversiones en elemento mecánicos para poner en marcha las máquinas-, se producían cuellos de botella por una deficiente organización y hasta había dificultades para el aprovisionamiento de materias primas, y que los acreedores sólo suministraban después de que los talones correspondientes habían sido cobrados. La credibilidad de la empresa era nula a todos los niveles.

Las primeras tareas, explica Fernández Zamorano, respondieron, lógicamente, a esta situación. La provisión de materia prima y la compra de repuestos y accesorios provocada por el aumento de la producción citado más arriba, serán seguidos en una próxima etapa por la introducción de nuevas máquinas que permitan mayor diversidad y calidad de los productos acabados Otras medidas se han dirigido a conseguir más incidencia en el mercado, sobre todo extranjero (anteriormente HYTASA no tenía director comercial), y a aprovechar todos los recursos de que se disponía. Así, almacenes que sólo contenían ratas guardan ahora millones de toneladas de maíz y algodón, tras haberse convertido la nueva empresa, en entidad colaboradora del SENPA.

1981, el año decisivo

Hay que señalar que Hilaturas y Tejidos Andaluces, SA, tendrá también pérdidas durante este ejercicio económico, aunque se situarán en torno a los 250 millones de pesetas frente a los ochocientos de 1978 y los 650 de 1979. «El año decisivo para HYTASA será 1981», opina el gerente, añadiendo que el objetivo de cerrar ese,ejercicio sin pérdidas, aunque parezca excesivamente optimista, es alcanzable si no varían mucho las premisas de las que se ha partido. También en 1981 el consejo de incautación deberá presentar el estud lo de viabilidad de la factoría en el futuro.José Fernández Zamorano es consciente de que el mercado textil atraviesa una profunda crisis, pero subraya que HYTASA la está soportando bien, «no porque estemos bajando los precios, como dicen algunos, sino por la confianza de nuestros clientes, proveedores y todo el personal». A propósito de los trabajadores, el gerente destaca el carácter cordialmente crítico de sus relaciones con el comité de empresa y los deseos de colaboración de la plantilla en general.

Con respecto a las acusaciones de la Asociación Industrial Textil de Proceso Algodonero (AITPA) (véase EL PAIS de 16 de octubre), Fernández Zamorano considera que es un error plantear el problema desde un punto de vista de enfrentamientos regionales y que, de todos modos, si la patronal textil cree que puede ser inconstitucional la incautación de HYTASA puede recurrir al Tribunal Constitucional para que éste dirima.

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