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La reparación de la cárcel de Carabanchel ha costado 146 millones

Las obras de reconstrucción de las galerías sexta y séptima del centro de detención de hombres de Carabanchel, que quedaron prácticamente destruidas durante los motines de reclusos del verano de 1977, han sido concluidas recientemente y están preparadas para su inmediata utilización. Las obras han costado 119 millones de pesetas y los nuevos comedores y el mobiliario han supuesto otros veintisiete millones más.

Con la entrada en funcionamiento de las dos galerías, según fuentes de la dirección de la prisión consultadas por Efe, se resolverá el grave problema de hacinamiento de reclusos que soporta actualmente la cárcel, ya que, de las ocho galerías existentes, sólo dos pueden ser utilizadas por los reclusos: la tercera (ocupada por 503 presos, entre comunes considerados peligros y reincidentes, además de 75 presuntos miembros de ETA y veintiún supuestos miembros de los GRAPO) y la quinta (habitada por 616 internos). En repetidas ocasiones, el director del centro, Eusebio Hernández, expresó su queja en este sentido.En la octava galería está instalada la enfermería general, de próxima reconstrucción. La cuarta galería está en desuso, al igual que la segunda, que está prácticamente destruida, aunque en su planta baja está instalado el cine, y la primera galería es de acceso a las oficinas, jefatura y centro de observación.

Las nuevas galerías son las más amplias del centro. En la sexta, de cuatro plantas, con 158 celdas, existe además un patio con dos canchas de baloncesto. En la séptima galería entrarán en funcionamiento otras 232 celdas. Estas son de unos nueve metros cuadrados, con luz suficiente y, al igual que las de la sexta galería, disponen de una o dos camas, mesilla, mesa de estudio con su correspondiente silla, un armario empotrado y el lavabo, con retrete y espejo. Las puertas de las celdas son más fuertes que las que tenían anteriormente y cuentan con un doble sistema de cierre desde el exterior. En el sótano de la séptima galería, junto al patio, está ubicado el comedor, totalmente nuevo, con capacidad para trescientos reclusos, con mobiliario adosado al suelo y de gran resistencia, con un moderno autoservicio y lavavajillas automático. El patio está hormigonado, dispone de un frontón restaurado y una cabina cilíndrica de vigilancia. Junto al patio se encuentra la sala de juegos, con receptor de televisión y los servicios.

Con la entrada en funcionamiento de las dos galerías, la prisión de Carabanchel se acerca mucho más a los requisitos que establece la ley Penitenciaria, en palabras del director del centro, quien, hace unos meses, había declarado que la cárcel infringía muchos de los requisitos marcados por la nueva ley y que, en su opinión, lo mejor hubiera sido hacer desaparecer el centro y edificar otro nuevo, más acorde con la nueva arquitectura penitenciaria.

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