Madrid y Honved, en busca del prestigio perdido
Con precios bajos y las ya anunciadas ausencias de Benito y Del Bosque espera el Madrid esta noche al Honved, un equipo que, caso de haberse creado la Copa de Europa en el año 1950 en lugar de 1954, podría tal vez hoy enorgullecerse de un pasado tan formidable como el del propio Madrid. El partido será televisado en directo. El Madrid así lo ha querido, a pesar de que le resulte económica y deportivamente perjudicial, para dejar sentada su voluntad de que haya fútbol en televisión. Persisten las gestiones para que se televise también el partido de vuelta, para lo que tendría que adelantarse en veinticuatro horas.
El Honved (soldado, en húngaro) reunió un impresionante conjunto a principios de los años cincuenta. Tenía en la meta a un hombre muy acreditado, Grosics; en la media, un fenómeno, Boszik (para Puskas, el mejor jugador de todos los tiempos), y en la delantera a Puskas, Kocsis y Czibor. El Honved era la base de una selección húngara que arrasó en Europa durante varios años y que fue víctima de la sorpresa del siglo al perder la final del Mundial de 1954 ante Alemania. Pero durante los mejores años de aquel equipo aún no existía la Copa de Europa de clubes, y cuando ésta fue creada, la invasión de Hungría, en 1956, por parte de la URSS dispersó a todos aquellos fenómenos. El Madrid, con Puskas, y el Barcelona, con Kocsis y Czibor, se beneficiaron de sus restos.Hoy, el Honved es, en cualquier caso, el campeón de un país con fuerte tradición futbolística, Pero ninguno de sus hombres suena con fuerza en Europa. El equipo está militarizado, sus jugadores pertenecen al Ejército y, como prima por las victorias, reciben estrellas en lugar de billetes. Boskov, que viajó a Budapest para verle jugar, le considera un equipo de más categoría que la selección que empató recientemente con España, pero da como favorito al Madrid. Los hombres; más importantes son el medio Nagy, el extremo Bodony y el delantero centro Esternazy. Juega el cuatro-cuatro-dos, con velocidad en los dos delanteros citados, y es débil en la defensa por los laterales, siempre según Boskov. Eliminó al Sporting de Lisboa, tras ganarle en los dos partidos, lo que es todo un dato.
En el Madrid vuelve Isidro como lateral derecho, porque es mejor atacante que Pérez García, y el extremo izquierdo húngaro juega retrasado; Benito aún no está repuesto y permanece en el equipo Sabido, que en Valencia hizo un partido extraordinario, y en la media la baja de Del Bosque, con sanción de la UEFA hasta que termine esta eliminatoria, la cubre García Hernández, jugador sobradamente conocido y apreciado por la afición. El resto del equipo es el mismo. Pese a las tres derrotas, el estado de moral del equipo es bueno, porque su juego en Sarriá y en Mestalla fue mucho mejor de lo que el resultado permita suponer. La plantilla se entrenó ayer y por la tarde quedó concentrada en el hotel Monterreal, donde a última hora los jugadores presenciaron el partido de Valencia, grabado en video, a fin de estudiar y corregir fallos.
Los precios son baratos: novecientas pesetas la tribuna más cara, cuatrocientas el asiento más barato y doscientas lo más barato de pie. La entrada de socio, 75 pesetas. El cargo en taquilla es de veintiocho millones. Con precios más a tono con la categoría del partido el cargo en taquilla hubiera podido ser de unos cuarenta. Televisión paga seis millones y medio. El Madrid perderá dinero y calor del público, pero quería televisar este partido para dejar bien sentada su opinión de que debe haber fútbol en televisión, aunque su criterio es que son preferibles las retransmisiones en diferido. Confía además en que se pueda televisar el partido de vuelta, en Budapest, lo que le supondría unos cinco millones más. La transmisión podría hacerse, caso de que el partido se adelantase al martes 4 de noviembre, un día antes de lo fijado en principio, pues así no coincidiría con los partidos de vuelta de los otros tres equipos españoles, que ese día jugarán en casa y podrían ver perjudicadas sus taquillas.
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