Tenacidad "Made in England"
Político realista, prudente y, sobre todo, pragmático, James Callaghan ha conseguido tener uno de los historiales más brillantes del Reino Unido, a pesar de haber sido considerado durante mucho tiempo como un político de segunda fila. Sin embargo, junto con el conservador lord Butter, ha sido el único que antes de llegar a primer ministro había ocupado los tres puestos claves del Gabinete: Hacienda, Interior y Asuntos Exteriores.Hijo de un modesto suboficial de la Armada, es uno de los pocos dirigentes laboristas que no pasó por la universidad, y el primer jefe de Gobierno desde Winston Churchill que no estudió en Oxford. A los diecisiete años comenzó a trabajar como agente de contribuciones directas. Casi al mismo tiempo inició su actividad sindical. En 1936 pasó a ocupar un puesto de funcionario de los sindicatos, y en 1945 obtuvo un escaño para el Parlamento por el distrito de Cardiff, por el que desde entonces viene siendo reelegido.
Tras la dimisión de Harold Wilson fue elegido jefe del Partido Laborista y primer ministro, en abril de 1976. Su éxito frente a candidatos más brillantes, como Roy Jenkins y Michael Foot, hay que buscarlo en su capacidad negociadora y en su habilidad para no tomar parte en las grandes querellas.
Como primer ministro (1976-1979) le correspondió administrar uno de los períodos de recesión económica más agudos de la posguerra. Su actuación en este terreno se centró en la lucha contra la inflación a través de una política de rentas que terminaría por enfrentarle a los sindicatos y hacerle perder las elecciones de mayo de 1979. Al mismo tiempo, al perder la mayoría en el Parlamento, supo mantenerse en el poder a base de pactos concretos con los partidos minoritarios.
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