Varios obispos coinciden en atacar el divorcio en sus homilías dominicales
El cardenal primado de Toledo, Marcelo González Martín, y los obispos de Orense, Zaragoza, Pamplona y Bilbao dedicaron ayer sus intervenciones en las festividades patronales de sus respectivas diócesis a lanzar ataques contra el divorcio. En los casos de Toledo, Orense y Zaragoza, los titulares de las diócesis insistieron en que la indisolubilidad del matrimonio no debía afectar sólo a los creyentes, sino a toda la sociedad. El obispo de Málaga, Buxarrais, dijo que «el divorcio es en sí un mal, aunque un medio que puede ofrecer el Estado para casos extremos».
Entre 4.000 y 5.000 personas, que asistieron el domingo en la catedral de Toledo a la ordenación sacerdotal de tres alumnos de un seminario metropolitano, acompañaron hasta su residencia posteriormente al cardenal primado, entre gritos y pancartas de aprobación a su reciente pastoral en contra del divorcio, según informó Europa Press. Con anterioridad, Marcelo González dijo: «No pedimos nada al Estado que tenga que concedernos como un favor: hace mucho tiempo que lo ha pedido el mismo Dios a todos, al decir que no separe el hombre lo que el Señor ha unido».Temiño, obispo de Orense, es también taxativo en una pastoral que se leerá el próximo domingo en las iglesias de su diócesis: «La indisolubilidad del matrimonio», dice, «es un bien aun para aquellos que no lo creen ni lo aceptan». Según informó nuestro corresponsal José Luis Platero, el prelado orensano afirma que no hay excepciones a la indisolubilidad del matrimonio, tanto para creyentes como para los que no lo son, y opina que «no es lícito sacrificar una verdad sagrada por miras políticas».
Elías Yanes, arzobispo de Zaragoza, lanzó sus diatribas contra el divorcio en presencia M ministro de Justicia, Francisco Fernández Ordóñez, que asistió a la misa de conmemoración de la festividad del Pilar. Yanes citó a san Mateo cuando dice que «lo que Dios unió, que no lo separe el hombre», y añadió que la Iglesia enseña que «la unión conyugal de un varón y una mujer en matrimonio es indisoluble. No sólo el matrimonio como sacramento, sino todo verdadero matrimonio».
En Pamplona, el arzobispo Cirarda celebró una misa por los frutos del sínodo y aprovechó para decir que «el divorcio no es un derecho de la persona humana, como algunas veces se dice, sino, a lo más, un supuesto remedio a un mal social». Cirarda recordó a los cristianos «que el hipotético divorcio civil no disolvería su vínculo matrimonial, por firme que fuera la sentencia de los tribunales del Estado». El obispo de Bilbao, Larrea, también dijo que los cristianos nunca podrán situarse en posturas favorables al abordo o al divorcio.
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