Carlos Revilla presentó su dimisión como presidente de la diputación provincial
Carlos Revilla, presidente de la Diputación Provincial de Madrid desde las elecciones municipales de abril de 1979, presentó ayer su dimisión como tal en carta dirigida al presiente del comité federal del PSOE, Ramón Rubial. La carta de dimisión, según pudo saber EL PAIS, es muy breve y en ella se no explican los motivos de su decisión, la cual se produce dos días después de que el comité federal del partido le pidiese que renunciase a su cargo para facilitar la solución de la crisis abierta en la Federación Socialista Madrileña del PSOE.
En la misma carta, Revilla anuncia igualmente que dimite como concejal del Ayuntamiento de Madrid. El hasta ahora presidente de la corporación provincial madrileña permanecerá como militante del partido, cosa que es desde hace alrededor de quince años.La dimisión de Revilla fue aceptada en la misma tarde de ayer y facilita notablemente las cosas dentro del partido, que se habría visto abocado a adoptar una solución radical, ante lo insostenible de la situación en el seno de la diputación provincial.
La reunión prevista para hoy entre la ejecutiva federal del partido y la ejecutiva madrileña para buscar una solución en el caso Revilla baja considerablemente de tono, aunque el primer órgano del partido ha decidido mantener su convocatoria para estudiar la solución final a la crisis de la diputación y para dejar bien claro que, en cualquier caso, es la ejecutiva federal, y ningún otro organismo del partido, quien puede adoptar soluciones de tal envergadura.
Con la sola dimisión de Carlos Revilla no se soluciona la crisis de la FSM, toda vez que tanto en la diputación como en el comité regional del partido en Madrid existe una clara división. En puro análisis político se puede afirmar, no obstante, que la guerra de la FSM la ha ganado con claridad el sector moderado, encabezado por Joaquín Leguina, en tanto que otros sectores, entre ellos el de Alonso Puerta, pueden salir tocados de esta crisis.
La próxima semana se celebrará una reunión entre la ejecutiva madrileña de la FSM y el colectivo de diputados socialistas (una buena parte de los cuales apoyaba a Revilla), con el fin de preparar la sucesión del presidente dimitido y buscar el retrato-robot de un sustituto que sea aceptado por las distintas partes en litigio. Esta persona podría responder a las características políticas de Luis Rufilanchas, actual concejal de Abastos del Ayuntamiento de Madrid, que es bien visto por los sectores moderado y tercera vía.
A partir de ahora debe de producirse la dimisión oficial de Revilla ante los órganos de la diputación provincial. El secretario de política municipal del PSOE hizo ayer, en el Congreso de los Diputados, unas breves declaraciones glosando el gesto de la dimisión de Revilla, elogiosas para su persona.
Entre otras cosas, Luis Fajardo señaló que «no existen malas relaciones entre Carlos Revilla y e PSOE. Su dimisión ha sido una dimisión política, y a mí me merece todo respeto esta decisión personal que ha tomado, al margen de cuáles hayan sido los móviles que le han inducido a ella».
Por su parte, Carlos Revilla prefirió mantener su postura de absoluto silencio y no hacer ningún tipo de declaraciones.
En el mismo orden de cosas, Alfonso Guerra, vicesecretario general del PSOE, recibió ayer a los alcaldes de San Sebastián de los Reyes, Alcobendas, Parla, San Martín de Valdeiglesias, Becerril de, la Sierra, Alpedrete, Colmenarejo y Villaviciosa de Odón, todos ellos socialistas. La entrevista se celebró a petición de estos últimos, con el fin de exponer a Alfonso Guerra su inquietud por la forma en que se han desarrollado los acontecimientos relativos a la diputación y por no haber sido consultados a pesar de haber sido los más directamente implicados por los problemas de la diputación. Guerra recogió sus sugerencias, aunque les informó que, en cualquier caso, el único órgano del partido capaz para tratar la situación derivada de la crisis es el comité federal.
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