Carolina de Mónaco,
que se recupera después de su conflicto sentimental con su esposo, Philippe Junot, de quien está en trámite de separación, ha pensado que Mallorca puede ser una isla ideal para su descanso y, según la Prensa de Londres, se construirá allí un chalé. De hecho, Carolina siempre pensó en la isla balear como un lugar de reposo y festividad. Cuando iba a casarse decidió que la Iuna de miel debía pasarla en aquella tierra; Junot no estuvo de acuerdo. Como eran mejores tiempos, la princesa accedió y tomaron otro rumbo para celebrar la efímera unión matrimonial. La casa que Carolina tendrá en Mallorca se alzará, según parece, sobre los terrenos que los príncipes de Mónaco poseen allí desde hace dieciocho años.
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