Hace
unas semanas moría asesinado el viceprior franciscano de Palermo (Italia), Giacinto Castronovo, cuya existencia había estado bastante próxima al mundo de la Mafia, y cuyo final también estuvo ligado con la tenebrosa cosa nostra, cuyos componentes efectuaron un ajuste de cuentas contra el sacerdote. Cuando aún no se ha apagado el eco de ese asesinato turbio, resurge en Milán otra historia de un cura relacionado con la Mafia, de la que era una especie de director espiritual. El sacerdote Agostino Coppola estaba en la cárcel de la citada ciudad italiana convicto del secuestro de dos personas. La condena a que estaba obligado era de trece años y seis meses, y la cumplía desde hacía unos cuatro años. Le ha sido provisionalmente suspendida ahora «por problemas de salud»: el sacerdote padece una afección pulmonar.Durante el juicio, Agostino Coppola se defendió diciendo que su intervención en aquellos secuestros había sido motivada únicamente por su propósito de mediar, pero explicó muy mal de dónde había sacado el dinero hallado en su casa. Dijo que provenía de la venta de quesos y vinos de su hacienda particular, cuando procedía en realidad del dinero pagado por el rescate de los secuestrados.
El dinero abonado para liberar a los dos secuestrados, Luigi di Montelera y Emilio Baroni, fue encontrado en el apartamento que el párroco tenía en la ciudad de Palermo.
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