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Exito de la huelga del sindicato independiente polaco

La huelga simbólica de una hora, a mediodía de ayer, convocada por el sindicato independiente Solidaridad se siguió en todas, las empresas que debían participar en las distintas regiones polacas, y no se notificó ningún incidente importante, salvo en algunas fábricas del cinturón de Varsovia, en las que los directores trataron de impedir que se utilizara la sirena para anunciar el comienzo del paro. Por su parte, las autoridades desencadenaron, a través de su Prensa, una campaña de críticas contra el paro, continuación de las duras palabras utilizadas en la noche del pasado jueves por el portavoz gubernamental, Josef Barecki.

Toda la Prensa de Varsovia se preguntó ayer el «¿por qué de ésta huelga?» y «¿contra quién va dirigida?», acusando a sus promotores, Lech Walesa entre ellos, de provocar el «caos» y la «anarquía» en el país.El paro de una hora se desarrolló en medio de una organización impecable. Solidaridad impartió instrucciones para que la huelga afectase a distintos sectores, salvo en Gdansk, en el que el paro se siguió en todos, con el fin de conseguir el mínimo de pérdidas posibles en la producción. En Varsovia pararon los autobuses y los taxis, pero no los tranvías, que debían seguir trabajando para no paralizar el transporte en la capital y provocar embotellamientos.

De igual manera, los profesores de Solidaridad siguieron impartiendo sus clases, pero aprovecharon la hora de paro para explicar a los estudiantes el motivo de la huelga. Técnicamente, el paro se organizó para conseguir la absoluta normalidad laboral desde el momento en que sonara la sirena que puso fin a la huelga. Todos los obreros parados permanecieron entre las doce y la una de la tarde (hora de Madrid) junto a sus herramientas.

Decenas de edificios de la capital aparecieron ayer con banderas nacionales (blanco y rojo), distintivo de los locales donde se efectuaba el paro y algunos otros que mostraban su solidaridad con los huelguistas.

En Varsovia, además de los transportes públicos antes mencionados, hubo paros en las importantes factorías FSO-Zenan (fábrica de automóviles) y en la factoría de tractores de Ursus, en las cercanías de la capital, donde comenzaron los disturbios de junio de 1976. Otros importantes complejos industriales, como KasprZak (industria mecánica), Swierzcewski (útiles) y la acería Huta Warszawa, expresaron su solidaridad colocando banderas nacionales en los edificios. Muchos trabajadores llevaban un brazalete para declarar su apoyo al movimiento lanzado por el MKZ de Gdansk.

En la acería de Varsovia, una hora antes del paro, grupos de obreros desfilaron con pancartas en las que se leía: «Libertad de expresión», «La verdad en la radio y la televisión» y «Solidaridad, hoy, y victoria, mañana». En una fábrica de Pruszkow, situada a treinta kilómetros al sur de Varsovia, estalló una huelga salvaje cuando el director se negó a que se colocara la bandera nacional.

El MKZ del más moderno centro siderúrgico de Polonia, Huta Katowice, en Silesia, informó que alrededor de un centenar de empresas afiliadas a Solidaridad se unieron a la huelga, incluidas algunas cuencas mineras.

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