La estructura de los ingresos fiscales ha dado un gran paso atrás, acentuando la regresividad
Después de doce años, durante los cuales la estructura de los ingresos fiscales ha acentuado su carácter progresivo, los presupuestos para el año próximo muestran un importante paso atrás, que se puede cuantificar en casi trece puntos. La fiscalidad indirecta será la gran protagonista del año fiscal que se avecina. Simultáneamente, la presión fiscal aumenta en un 0,54%.
Por primera vez en los últimos doce años, los impuestos indirectos serán los protagonistas del Presupuesto General del Estado, ya que su crecimiento superará con creces al de los impuestos directos. No obstante, el peso de éstos sigue siendo ligeramente superior.El aumento de los impuestos indirectos ha sido la vía elegida por los responsables de la elaboración del Presupuesto para financiar básicamente el aumento de la inversión pública, ya que el aumento de ingresos fiscales de carácter indirecto, que será de unos 202.000 millones de pesetas en términos absolutos, y del 25,6%, en términos relativos, se debe a la adopción de medidas específicas tendentes a reforzar este tipo de ingresos. Estas medidas facilitarán unos 140.000 millones de pesetas, siendo el resto, hasta los 202.000 millones, el aumento vegetativo propio de los tributos indirectos. Los 140.000 millones de pesetas se obtendrán de los combustibles, del tabaco y de otros productos. Especial mención merece el recargo sobre el impuesto sobre el tráfico de las empresas (ITE), que reforzará la capacidad recaudatoria del Estado de forma muy considerable, aunque quizá sea a costa de crear algunos problemas a la demanda de productos y a costa también de estimular en alguna medida, difícilmente evaluable a priori, el proceso inflacionista. Los autores del presupuesto han estimado que el incremento de la imposición indirecta, tendrá un efecto acelerador de la inflación, que han cuantificado en un punto adicional. Este punto se deberá casi fundamentalmente al recargo del ITE y a los nuevos precios de algunos productos de consumo masivo, como el tabaco y la gasolina.
Los mayores ingresos
El capítulo de ingresos presupuestarios se encuentra tradicionalmente muy concentrado en una serie de tributos que son los que proporcionan mayor recaudación.Renta. Los ingresos por el impuesto sobre la renta de las personas físicas se prevé que alcancen, en 1981, la cifra de 710.000 millones de pesetas, siendo éste el mayor capítulo dentro de los impuestos directos. Gracias a este impuesto, el Estado recauda casi el 30% del total de sus ingresos.
Sociedades. Junto a la renta, es el mayor aportador de fondos a las arcas públicas, con 213.000 millones de pesetas previstos para el año próximo.
ITE. Ya dentro de los impuestos indirectos -que en su conjunto crecerán en un 25,6% sobre el año en curso-, el de tráfico de empresas proporcionará al fisco 194.000 millones de pesetas.
Especiales. Con 243.000 millones de pesetas, los impuestos especiales son los de mayor capacidad recaudatoria dentro del capítulo de impuestos indirectos. La presión fiscal sobre el petróleo y sus derivados, fundamentalmente la gasolina, es la de mayor aportación a este conjunto de impuestos, con 189.000 millones de pesetas; siendo el teléfono, con 35.000 millones, y los alcoholes, con 16.000 millones de pesetas, los dos renglones más importantes, tras la gasolina.
Lujo. Aunque el tratamiento del impuesto de lujo sobre algunos productos ha sido levemente modificado, la aportación de este tributo a los ingresos fiscales será el año próximo de 188.500 millones de pesetas.
Aduanas. Los ingresos en concepto de derechos aduaneros diversos proporcionarán al Estado en 1981 la cifra de 200.000 millones de pesetas. De este conjunto de ingresos, los derechos a la importación aportarán unos 108.990 millones de pesetas y otros 91.000 millones procederán de compensación de gravámenes interiores.
Participaciones. Finalmente, para cerrar el repaso a los ingresos que aportan al Estado más de 100.000 millones al año, el capítulo de «dividendos y participaciones en beneficios» suministrará, en 198 1, unos 104.3 50 millones de pesetas al fisco. La parte más fuerte de este rendimiento procede de los «bancos nacionales», entre los que se encuentran los cinco bancos oficiales en los que el Estado posee una mayoría del capital, con el 100% del mismo, y de los resultados del Banco de España, que constituyen el suministro de ingresos más fuerte y saneado. En conjunto, estos seis bancos le proporcionarán al Estado, en 1981, la cifra de 91.400 millones de pesetas, de los cuales la parte abrumadoramente mayor procederá del Banco de España, cuyos resultados no han sido dados nunca a conocer. Entre los dividendos de sociedades en las que el Estado participa, los más sustanciosos en 1981 serán los que obtenga de su participación en el capital de la Compañía Telefónica y de la Caja Postal de Ahorros.
El mayor acento puesto en 1981 en los impuestos indirectos va a llevar a una composición distinta en la distribución de los distintos componentes del ingreso. En 1981, los impuestos indirectos representarán el 41,5% del total de ingresos del Estado, frente al 40,2% previsto para el conjunto del año 1980. Por el contrario, la participación de los impuestos directos bajará del 45,8% en la previsión de liquidación para este año, al 42% en el presupuesto del año próximo. La caída en la participación de los impuestos directos en el conjunto de los ingresos será compensada con el aumento de la participación de los impuestos indirectos ya mencionada y por el aumento de las tasas y otros ingresos, que pasan del 6,4% al 8,4% en los dos años mencionados.
En cuanto a la presión fiscal, se prevé un aumento del 0,54% en 1981, inferior al 1,16% del año en curso. A pesar de este descenso, el aumento de la presión fiscal global aumentará a un ritmo bastante fuerte en comparación con los últimos años, siendo superada sólo por 1978 y en 1980.
Con este aumento, la participación de los ingresos fiscales en el conjunto del producto interior bruto pasará del 12,98% al 13,52% el año próximo. Es decir, los ingresos del Estado aumentarán más que la economía en términos nominales, es decir, más que la suma de la inflación más el crecimiento real del PIB. Con ello, el peso del sector estatal en el conjunto de la economía experimenta un nuevo avance, aunque el aumento de los ingresos fiscales del Estado en 1981 será uno de los más moderados de estos últimos años, con la excepción del año 1979. Con un 21,76% de crecimiento de los ingresos totales del fisco, éstos aumentarán menos que en 1980 (25,3 1 %) y 1978, 30,26%.
Finalmente, la correlación entre los impuestos directos y los indirectos se ha visto modificada sensiblemente a lo largo de estos últimos años a favor de la tributación directa, aunque, por primera vez en doce años, esta tendencia sufre un brusco frenazo. En el año 1970, los impuestos directos representaban el 47,1 % de los impuestos indirectos. En 1978, por primera vez, los impuestos directos toman la delantera y superan a los indirectos en un 5,1 %, con un salto de casi veinte puntos. La progresión de la fiscalidad directa en relación con la indirecta siguió creciendo estos dos últimos años, hasta alcanzar el 113,9% la relación entre impuestos directos e indirectos. En 1981, los directos superarán a los indirectos solamente en un 1,1%.
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