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La guerra entre Irán e Irak

En Líbano se vaticina una próxima ofensiva iraquí

ENVIADO ESPECIAL Tras la rotunda negativa dada ayer por Irán a la oferta de alto el fuego hecha por el Gobierno de Bagdad, en círculos diplomáticos y periodísticos de Beirut se estima que los Iraquíes no tienen ahora más salida que lanzar una nueva ofensiva militar, en un intento de consolidar sus posiciones en la región petrolífera iraní del Juzestán.La interpretación más extendida aquí sobre los motivos que han llevado a Irak a ofrecer este alto el fuego condicional es que necesitaba. una tregua para consolidar sus avances dentro de territorio iraní. La inesperada resistencia encontrada en Irán y el fracaso iraquí en su intento de destruir la aviación enemiga en el suelo, el primer día de la guerra, habrían puesto a Bagdad en una situación que no esperaba, y ante la perspectiva de una guerra prolongada para la que no están preparadas sus fuerzas.

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Sin embargo, en otros medios se subraya que el Gobierno de Irak ha hecho una proposición de alto el fuego que tenía escasas posibilidades de prosperar, toda vez que entre sus cuatro condiciones, dos de ellas, al menos, eran difícilmente aceptables para Teherán, al implicar algo parecido a una capitulación, como eran el «mostrar voluntad oficial de negociar» y el «suspender toda propaganda antiiraquí».

Irak podría buscar así una especie de «coartada diplomática», al justificar una nueva e importante ofensiva militar por la «testarudez» iraní. A este respecto, se recuerda aquí que el Ejército de tierra iraquí ha empleado apenas una cuarta parte de sus efectivos en esta guerra y que unidades de refresco y bien equipadas podrían cruzar en cualquier momento la frontera con Irán.

Aunque es difícil distinguir la mera propaganda de la realidad en las comunicaciones oficiales de ambos bandos, los iraníes dijeron ayer que Irak iba a enviar al frente una nueva división acorazada y el presidente Bani Sadr pidió al país nuevos esfuerzos y sacrificios.

En cualquier caso, todas las interpretaciones coinciden en que Irak deberá aumentar su presión militar en los próximos días y que la guerra puede intensificarse. En círculos occidentales se expresa el temor de que una situación de enfrentamiento prolongado y sin claro vencedor pueda llevar a una de las partes a extender el conflicto a terceros países, en un área ya de por sí inflamable.

La posible ofensiva iraquí tendrá que acentuar la presión en la vital zona del Juzestán (Arabistán para los iraquíes), donde está la riqueza petrolífera de Irán. La ocupación de Dezful, un punto estratégico por el que pasa el oleoducto a Teherán, del puerto de Jorrainchar, de la refinería de Abadán y de la capital provincial, Ahwaz, son los objetivos previsibles.

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