Paralizadas las conversaciones Fiat-sindicatos
Las negociaciones entre la empresa automovilística Fiat y el sindicato de metalúrgicos, para evitar el despido de cerca de 15.000 trabajadores, se encuentran en punto muerto, a juzgar por las opiniones de las partes en conflicto y del ministro de Trabajo, Franco Foschi.Después de siete días de prolongadas reuniones, con la consiguiente presentación de propuestas y con trapropuestas, el ministro Foschi resumió anoche la situación con un lacónico juicio: «Las dos partes están aún muy lejos del acuerdo».
Pero, de hecho, la producción en las diferentes plantas de la Fiat está prácticamente paralizada desde que la empresa anunció los despidos masivos. En Turín, la tensión aumenta y son diarias las manifestaciones que recorren el centro de la ciudad. Continúa hablándose de ocupación, pero de momento, ni el sindicato ni los partidos han dado luz verde para la misma.
La movilidad
El punto en el que se enfrentan la empresa y los sindicatos es la llamada «movilidad externa o extraempresarial». Fiat sostiene que parte de los trabajadores que le sobran podrían ser reabsorbidos en otras fábricas de Turín y su provincia a través de las listas especiales de empleo. Los sindicatos replican que en estas listas hay ya varios miles de personas a la espera de un nuevo puesto de trabajo.Los representantes de los trabajadores proponen a cambio soluciones menos drásticas para reducir el personal, como son las jubilaciones anticipadas, traslados dentro del propio grupo Fiat y suspensiones temporales de empleo, previamente acordadas por las dos partes.
Para la empresa, que prevé un exceso de producción de 432.000 unidades a finales de 1981, la solución es «insuficiente» para eliminar toda la mano de obra excedente. Sostiene que la crisis es estructural, y no coyuntural,- que las exportaciones han bajado en un 9% en 1980, y podrían bajar hasta un 12% en 1981, y que «no es con artificios y prórrogas como se enfrentan los problemas serios y urgentes de la Fiat».
Futuro Fiat-Peugeot
En una entrevista que publicará mañana el semanario L'Expresso, el presidente de la empresa de Turín, Giovanni Agnelli, insiste en que es necesario recurrir a la «movilidad extraempresarial», y asegura que Turín y su provincia pueden absorber 29.000 trabajadores al año.Agnelli habla también del reciente acuerdo Fiat-Peugeot para producir un motor de pequeña cilindrada y advierte que la posibilidad de que la fábrica se establezca en Italia, en lugar de en Francia, depende «de los incentivos que ofrezca el Gobierno italiano y de la productividad que garanticen los sindicatos».
El ministro japonés de Asuntos Exteriores, por otra parte, declaró el pasado viernes confiar en que el problema de las importaciones de vehículos japoneses en Estados Unidos se resuelva de forma satisfactoria. Masayoshi Ito manifestó que sería «peligroso» que este prolema fuera «politizado» y encomió los esfuerzos de aquellos que n el Gobierno estadounidense se oponen a la tentativa de imponer barreras a la industria automovilística nipona.
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