_
_
_
_

La Justicia militar argelina acusó a Delaporte de "inteligencia con una potencia extranjera"

Jean Jacques Delaporte, supuesto secuestrador del imán Sadr, fue detenido en Argel en noviembre de 1978 y acusado por los tribunales argelinos de «inteligencia con una potencia extranjera». El juez que instruyó la causa fue Ammar Boussiss, teniente del Ejército afecto a la Seguridad Militar argelina, y tramitó el sumario ante el Tribunal Militar de Blida. El procurador de esta causa, capitán del Ejército argelino, fue Milloud Amrain, destinado a los tribunales de Blida después de haber cumplido funciones jurídicas militares ante el Tribunal Militar de Orán. El capitán Amirain había sido anteriormente adjunto al procurador de la ciudad marroquí de Ouida, durante la guerra de liberación argelina.

En su procesamiento, Delaporte no fue acusado de posesión de armas; cuando fue detenido, en Argel, llevaba un arma de nueve milímetros que declaró ante la policía en el aeropuerto.El hecho de que los cargos que pesan sobre Delaporte hayan sido calificados de «inteligencia con una potencia extranjera» implica que hay un matiz diferente respecto al cargo de espionaje, que se aplica en la legislación argelina a todo extranjero acusado de «inteligencia con una potencia exterior». Ello significaría que las autoridades argelinas habrían considerado a Delaporte como un connacional, en función de su vinculación a la Saika palestina pro-siria, que dirigía entonces el líder Zuer Moshen, asesinado cerca de su casa de Cannes, en julio de 1979.

Confusión en Arkei y París

Ni las autoridades argelinas, ni las francesas se ponen de acuerdo a la hora de determinar con exactitud la fecha de la detención del ciudadano francés Jean Jacques Delaporte. Las fuentes consultadas por EL PAÍS precisan que fue en noviembre de 1978. En un principio, Argel afirmó que fue el 2 de febrero, pero las agencias de noticias francesas recogieron el hecho de que Delaporte había pedido protección en la embajada francesa, en Argel, el 20 de julio de 1978.Fuentes argelinas reconocieron posteriormente que Delaporte, tras su detención de febrero, fue liberado y después de ello, en el mes de julio, se adentró en la Embajada francesa el 20 de julio de 1978. Bajo sospechas de actividades contra la seguridad argelina, según estas fuentes, fue juzgado en Blida el 23 de noviembre de 1978, más de dos meses después del secuestro del imán Sadr.

Ambas versiones, contradictorias, estarían destinadas a desmentir la participación de Delaporte en el secuestro y posterior traslado a una base militar libia del imán de los chiitas libaneses Mussa Sadr. La agencia France Press, a través de un despacho fechado el martes en Argel, afirmaba que «el misterio Delaporte se hace más opaco», y se refería a que en París y en Argel se intenta que las repercusiones de este asunto no empañen las relaciones franco-argelinas en un momento en el cual las conversaciones entre ambos países llegan a su término. En las últimas semanas, estas relaciones han experimentado una mejoría evidente. Ello explicaría la visita que el ministro de Asuntos Exteriores de Francia, Jean François Poncet, realizó el miércoles y el jueves de esta semana a la capital argelina. Por otra parte, el cónsul francés en Argel fue autorizado a visitar a Delaporte en la prisión de Blida, el pasado martes, y afirmó que el ex oficial francés goza de buena salud y se halla «tratado convenientemente».

Según la Prensa vespertina francesa, concretamente France Soir, el director de información del contraespionaje francés SDEC, coronel Alain de Gagneron de Marolles, fue el jefe de un servicio, vinculado a los servicios secretos franceses, denominado Servicio de Acción, en el que Delaporte estuvo encuadrado. El coronel De Gagneron dimitió de la dirección de información del SDEC el jueves de la semana pasada, tras permanecer durante un año en este puesto.

Para el diario Le Monde, Gagneron, que dirigió el Servicio de Acción encargado de las operaciones de inteligencia en el exterior, su dimisión obedecería a la eventual vinculación del dimisionario con la constitución de un Gobierno libio en el exilio. También se aludía al misterio en torno a la eventual instalación de este Gobierno en Libia, tras la explosión de una revuelta en Bengasi, la segunda ciudad en importancia de Libia, a primeros de agosto.

El pasado 6 de agosto, la Prensa francesa informaba del mentís de la agencia oficial de noticias de Libia, Jana, sobre una sublevación de una unidad militar del Ejército libio en la zona de Tobruk.

Asimismo se explicaba la dimisión de De Gagneron en virtud de los desacuerdos existentes respecto a la política francesa en Africa del Norte y en Centroáfrica, donde los intereses franceses son considerados estratégicos y donde la actitud de Libia se ha servido de los errores de la política exterior francesa en el área.

De Gagneron fue acusado por los servicios secretos israelíes de coordinar las acciones militares de Egipto de cara a Libia en 1977, si bien esta diferencia se ha transformado, en julio de este año, en un choque armado fronterizo, según informaba Le Monde.

Respecto a la sublevación militar en Libia a primeros de agosto de este año, las fuentes que informaron a EL PAÍS sobre el secuestro del imán aseguran que se produjeron en Tobruk centenares de muertos y que esta insurrección militar fue bien vista desde París y también desde Rabat.

En cuanto a Delaporte, las fuentes consultadas por EL PAÍS insisten en que este ex oficial francés, vinculado luego a la rama prosiria Saika de la resistencia palestina, dirigida por Zuer Moshen, gozaba en Argel de la confianza de las autoridades, hasta que se produjo el secuestro del imán Sadr, en Trípoli, a primeros de septiembre de 1978.

Las mismas fuentes señalaron que el dirigente de la Saika prosiria, Zuer Moshen, que fue asesinado en Cannes, gozó en Francia de la protección de amigos poderosos. En muy pocas ocasiones fue interpelado por las autoridades policiales francesas, si bien, a la sazón, Moshen era el jefe del, Departamento Militar de la Organización para la Liberación de Palestina.

Zuer Moshen fue recibido en dos ocasiones, en 1977 y 1978, por el dirigente gaullista francés y alcalde de París, Jacques Chirac, según reveló entonces un alto dirigente de su partido Rassemblement pour la Republique (RPR). Los medios conservadores franceses protestaron tras el asesinato de Moshen en Cannes, en julio de 1979. Jacques Chirac se negó, en distintas ocasiones, a recibir al dirigente palestino Yassir Arafat.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_