Choques entre "abertzales" y policía en la manifestación antiterrorista de Pamplona
La manifestación convocada por diversas fuerzas políticas «contra el asesinato y el terrorismo, por la libertad de expresión y la democracia» se celebró ayer en Pamplona entre numerosos enfrentamientos por parte de grupos abertzales, quienes, al no poder congregarse para su contramanifestación, al impedirlo la Policía Nacional, intentaron romper la marcha. En la misma participaron cerca de 30.000 personas (más de 40.000 fue la cifra del gobierno civil, 45.000 la de los organizadores y 10.000 la de los contramanifestantes). La policía practicó cuatro detenciones y se desconoce el número de heridos.
Diversos incidentes se registraron a lo largo de la manifestación, provocados por reducidos grupos de jóvenes contramanifestantes de la izquierda abertzale radical, que increparon continuamente con gritos de «¡Urbiola askatu!» (iUrbiola, libertad!), «¡Presoak kalera!» (¡Presos a la calle!) y «¡Gora (viva) ETA Militar!» a los participantes en la marcha, tratando en varias ocasiones de romperla. Los servicios de orden, con serenidad y con grandes dificultades, trataron de evitar al máximo enfrentamientos físicos.Los incidentes comenzaron casi una hora antes del inicio de la manifestación autorizada -prevista para las 19.30 horas-, cuando grupos de contramanifestantes, que tenían previsto reunirse en la plaza del Ayuntamiento, al ver que ésta y las calles adyacentes estaban ocupadas por la policía, cruzaron coches e increparon a las Fuerzas de Orden Público con gritos de «¡Policía asesina!» y «¡Libertad para Urbiola! », por el casco viejo. A las siete de la tarde, tanto en esta zona como en la plaza del Castillo, en la que se concentraban cientos de curiosos y grupos de contramanifestantes, se desplegaron fuertes contingentes de policía con material antidisturbios que les conminaron a disolverse. Parte de estas personas, la mayoría jóvenes, en va grupos de un centenar aproximadamente, cruzaron coches en las calles de San Ignacio, paseo de Sarasate y avenida de Carlos III. Al ser disueltos con pelotas de goma, aquéllos llegaron a las cercanías de la plaza del Príncipe de Viana, muy próxima al lugar donde debía de partir la manifestación legal. Faltaban pocos minutos para que ésta se iniciase, y desde la cabecera, que ya se situaba junto a la estación de autobuses, se veía llegar a lo lejos, corriendo desde la plaza del Castillo, calles de San Ignacio y de Carlos III, a grupos de jóvenes perseguidos por la policía.
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Enfrentamientos en la manifestación antiterrorista de Pamplona
Viene de primera páginaEl clima creado por estos incidentes previos y la presencia en los alrededores del punto de partida de la manifestación de grupos de jóvenes abertzales radicales presagiaban ya que la misma, iba a desarrollarse en un clima de extrema tensión y provocaciones, como así fue.
Pasadas las 19.30 horas de la tarde, la cabeza de la manifestación autorizada iniciaba la marcha con una pancarta en la que podían leerse los lemas: Contra el asesinato y el terrorismo; por la libertad de expresión y la democracia; por el derecho de los navarros a decidir libremente su futuro. Sujetaban la pancarta dos representantes de cada una de las organizaciones convocantes. Inmediatamente detrás se habían situado alcaldes y concejales de las organizaciones convocantes y parlamentarios y diputados forales, así como los senadores y diputados en Cortes de UCD, PSOE y UPN. Dentro de este grupo de cabeza se encontraban los presidentes de la Diputación y el Parlamento Foral navarros, Juan Manuel Arza (UCD) y Víctor Manuel Arbeloa (PSOE), respectivamente.
Por delante de la pancarta que abría la marcha se colocó una fila de miembros del servidio de orden, que estaba compuesto por quinientas personas.
Veinte minutos después de comenzada la marcha, que iba a paso extraordinariamente lento, se iniciaron los primeros incidentes serios en la cabeza de la manifestación, que era aplaudida desde las aceras por grupos de personas, cuando unos doscientos contramanifestantes empezaron a gritar con insistencia consignas como «Vosotros, fascistas, sois los terroristas», «Gora ETA Militarra» (Viva ETA Militar), «Urbiola askatu» (Libertad para Urbiola), «Libertad de expresión» y «Arbeloa, chivato». Los gritos iban dirigidos a la cabeza de la manifestación,
Los contramanifestantes, mezclados con periodistas y miembros del servicio de orden, arreciaron sus gritos hasta que la Policía Nacional, que se había colocado en el cruce de la calle de San Ignacio con la avenida de Roncesvalles, realizó una carga, dando golpes tanto a los abertzales como a las personas que iban en cabeza. Por unos minutos se registró una tremenda tensión en la zona, con desconfianza por parte de la policía, cuyos miembros dudaban cómo actuar, en tanto la cabeza de la manifestación iniciaba la andadura hacia la plaza del Castillo.
Cargas de la policía
Minutos después volvía a repetirse la escena, ya que los contramanifestantes, agrupados de nuevo en torno a la cabeza de la marcha, iniciaron los gritos en favor de la amnistía total, ETA Militar, la libertad de Urbiola, así como otros contra la policía y los convocantes de la manifestación. En la puerta del palacio de la Diputación Foral de Navarra, en donde la cabeza de la marcha se encontraba parada, debido a los incidentes entre los distintos grupos, cuando arreciaban los gritos de grupos de abertzales en favor de la independencia de Euskadi y de ETA Militar, la Policía Nacional realizó una nueva carga, disparando pelotas de goma y dispersando a los contramanifestantes.
Unos metros más adelante, cuando la manifestación llegaba a la plaza del Castillo, varios jóvenes arrojaron piedras contra las personas que se encontraban sujetando la pancarta de la marcha, así como algunas monedas. Una de estas, de veinticinco pesetas, golpeó en la frente al dirigente del Partido Carlista Juan Pedro Arraiza, que sufrió un corte profundo en la ceja. Este fue el momento más tenso de toda la marcha, ya que los contramanifestantes trataron de romper la cabeza de la manifestación, provocando la desbandada ante la presencia de la policía.
Un fuerte contingente de Policía Nacional cargó de nuevo en la plaza del Castillo, en donde se agolpaban grupos de curiosos y contramanífestantes, hasta que aquélla quedó prácticamente limpia de gente, cuando el comienzo de la manifestación se disponía a rodear el quiosco de la plaza. Los dirigentes políticos que habían sujetado la pancarta subieron hasta el quiosco de la plaza del Castillo, desde donde José Joaquín Pérez, de Obanos, presidente de la Unión de Agricultores y Ganaderos de Navarra, se dirigió a la multitud para dar lectura a un manifiesto.
El comunicado de las organizaciones convocantes, después de precisar que la asunción de los principios democráticos puede garantizar la construcción del futuro de Navarra, indicaba que « el terrorismo, lejos de promover la participación activa de los ciudadanos, lejos de facilitar el desarrollo de los derechos y libertades de los hombres y de los pueblos, conquistados tras muchos años de lucha, produce miedo, inhibición, pasividad y hace posible toda clase de posiciones antidemocráticas». El comunicado finalizó con la lectura de los objetivos de la manifestación, que fueron aplaudidos por los manifestantes.
Sobre las 20.30 horas la manifestación quedaba disuelta, si bien a esa hora continuaban saliendo personas desde la Estación de Autobuses, ajenas por completo a los incidentes que se habían producido en la cabeza de la marcha. En algunos momentos, cuando la manifestación estaba legalmente disuelta, si bien continuaban miles de personas en el recorrido, numerosos manifestantes aplaudieron a la policía y dieron vivas a Navarra.
Los convocantes de la manifestación, en conferencia de Prensa posterior a aquélla, calificaron de «un completo éxito» el desarrollo de la misma. Rafael Guerrera, parlamentario foral y secretario general de UCD de Navarra, indicó a este periódico que «la respuesta del pueblo de Navarra a esta manifestación ha sido muy positiva. La gente ha aguantado las continuas provocaciones, especialmente los que íbamos en la cabeza, que hemos sufrido golpes».
Representantes de la izquierda abertzale, por su parte, señalaron que la contramanifestación convocada por ellos ha sido «una victoria política de la oposición radical y un triunfo policial de la derecha», y acusaron al PSOE de ser «el responsable de la postura de la derecha reaccionaria en Navarra».
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