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No parece que los asesores del ministro de Cultura, ese consejo de sabios que se inventó en marzo pasado Ricardo de la Cierva, estén precisamente felices en sus puestos. Para empezar, no han cobrado un céntimo de las 70.000 pesetas líquidas mensuales que, según Francisco García Pavón, les fue comunicado que recibirían por su asesoría. Este extremo lo ratifican también, en una encuesta que les ha presentado la agencia Efe, Angel María de Lera, Palacio Attard y Eusebio Sempere, si bien este último, y en general un poco todos, consideran que el no haber cobrado no es lo peor. Lo peor es que se están quedando sin papeles -si los tuvieron alguna vez-, que no se puede rehuir iamás el consejo -denuncia Carmen Valero- y que no parecen encontrarle sentido a lo suyo. Por ejemplo, sobre la solución sur, drásticamente resuelta por el ministro, no se atreven sus consejeros culturales a dar una opinión. Es un tema, dicen, que no se tiene preparado.

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