El Gobierno estudiará en septiembre un nuevo reparto de las vacaciones a lo largo del año
Los líderes de las principales centrales sindicales españolas y representantes de la patronal CEOE han discutido, por separado, con el ministro de Comercio y Turismo, Luis Gámir, la próxima desestacionalización, o mejor reparto a lo largo del año, de las vacaciones veraniegas. Las conversaciones, que continuarán en septiembre al máximo nivel, tratarán de abrir el abanico vacacional entre junio y septiembre, en lugar de mantenerlo concentrado en agosto. Se prevé que se incorporen determinados incentivos en los próximos convenios, así como un plan especial para pensionistas, funcionarios y trabajadores de empresas públicas.
« La actual concentración del turismo interior en el mes de agosto con la práctica paralización del país y la ocupación de plazas en la costa es un lujo asiático, que España no puede permitirse en tiempos de crisis turística», ha señalado a EL PAÍS un alto cargo del Ministerio de Comercio y Turismo.Se trata de racionalizar el turismo interior de forma que la. capacidad hotelera española, quede más despejada en agosto, para los turistas extranjeros, y el vacío de otros meses sea ocupado por los españoles. Con ello se suavizaría el efecto de la crisis sobre el sector. Los sindicatos CC OO, UGT y USO se han mostrado bastante receptivos a este plan, ya que es una vieja aspiración de solidaridad intersectorial de los trabajadores de hostelería. A las reuniones, que tuvieron lugar por separado, a finales de julio y primeros de agosto, con el ministro de Comercio y Turismo, Luis Gámir, asistieron Marcelino Camacho, Nicolás Redondo y Manuel Zaguirre, por parte sindical, y Carlos Ferrer Salat y los miembros del Consejo del Turismo de la CEOE, por parte patronal.
Todos se mostraron básicamente de acuerdo en la urgente necesidad de adoptar medidas en este terreno, sobre todo por la crítica situación que atraviesa el sector hostelero. Hasta ahora, el boom turístico permitía cierto despilfarro y desajuste, pero, a medida que aumentan las dificultades, los empresarios de hostelería y otros servicios tratan de aprovechar y apurar al máximo las posibilidades actuales.
Algunos sectores, como el de la banca, tienen ya establecidas bolsas de vacaciones para premiar a aquellos trabajadores que toman las suyas fuera de temporada veraniega, debido al especial interés de la propia banca en mantener con cierta estabilidad los servicios de sus oficinas a lo largo de todo el año.
En el caso de los pensionistas, que tienen todo el año libre, hay grandes posibilidades de que se les ofrezcan fuera de temporada paquetes turísticos especiales mucho más baratos. El Ministerio de Sanidad y Seguridad Social, especialmente el Instituto de Servicios Sociales (Inserso), está en estos momentos estudiando el tema, a petición de Comercio y Turismo. A través de los hogares locales del pensionista podrían realizarse ofertas colectivas de vacaciones en mejores condiciones.
También algún sindicato ha ofrecido sus buenos oficios ante las organizaciones internacionales sindicales, especialmente europeas, para pedir apoyo en este sentido.
Las próximas conversaciones en profundidad sobre este tema, anunciadas para primeros de septiembre, contemplarán también el papel que le toca jugar al Gobierno en relación con su parcela de influencia directa; es decir, con los funcionarios y trabajadores de las empresas públicas. En este terreno, fuentes del ministerio han señalado que «la Administración deberá adaptarse al ritmo del país, y si hay que ajustar las vacaciones en beneficio de todos, los funcionarios, que además tienen trabajo de por vida, deben ser los primeros sacrificados, así como los trabajadores de la empresa pública».
Se exigirá también un mayor esfuerzo a los dieciocho millones de turistas españoles que anualmente salen al extranjero, y cuyo ritmo de crecimiento en los años de la crisis es preocupante para el Ministerio de Comercio y Turismo.
Este plan se complementará además con la campaña «Veranee en España» y con una mayor presión sobre la cantidad de dinero permitida a cada español para gastar al año en el extranjero, fijada actualmente en 80.000 pesetas por viaje y persona, hasta cuatro veces al año. Fuentes del Ministerio de Comercio y Turismo han insistido en que estos datos han sido incorporados a la computadora, así como las tarjetas de crédito utilizadas en el exterior, para que el Ministerio de Hacienda tenga conocimiento de ellos a efectos fiscales.
Igualmente, tratarán de potenciar el turismo norteamericano y japonés, que viene repartido en todo el año y por toda la geografía española, y que no busca playas, sino monumentos históricos y artísticos. Diversificar la oferta turística, aumentando las diversiones y la calidad, y repartir la demanda a lo largo de todo el año son los los objetivos básicos.
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