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UCD no descarta un pacto simultáneo con los socialistas y las minorías nacionalistas

Unión de Centro Democrático tratará de acercarse a la vez a los grupos nacionalistas y a la izquierda, fundamentalmente al PSOE, para buscar en otoño una salida brillante a la actual atonía de la situación del país. La política de pactos en dos direcciones parte del convencimiento en sectores del partido del Gobierno de que ambas no son incompatibles. Si las gestiones tienen éxito -aunque, por el momento, los socialistas no se muestran receptivos-, la operación podría culminarse con la petición del voto de confianza para Suárez, arropado por un nuevo Gabinete y otro programa, cuando se reanude la actividad parlamentaria en septiembre.

En este comienzo de las vacaciones oficiales, según fuentes de UCD, este programa de actuación está planteado, pero ninguna conversación está cerrada, y, por tanto, no hay decisiones definitivas. No obstante, las conversaciones podrían acelerarse, ya que parece que el propósito del presidente es concretar las decisiones en los últimos días de agosto, para ponerlas en marcha nada más reabierto el Parlamento.Ello es coherente con las informaciones de fuentes autorizadas de UCD de Pontevedra, donde Suárez pasa sus vacaciones, según las cuales el presidente recibirá en las próximas horas a políticos centristas y de otros partidos. En principio se esperaba que el líder centrista dedicase su tiempo únicamente al descanso.

Estas conversaciones tendrán como tema principal las posibilidades de lograr los pactos citados. Según las fuentes consultadas, la dirección centrista ha tratado de entrar en contacto con los dirigentes del PSOE, pero éstos se muestran reticentes respecto a las posibilidades de reemprender una política de pactos con UCD. Oficialmente no se han producido los contactos deseados.

A pesar de ello, en el seno de UCD se alimenta la idea de que el futuro próximo plantea problemas de Estado cuya gravedad no permite afrontarlos con posibilidades de éxito sin contar de alguna forma con la colaboración entre Gobierno y oposición. En este sentido, aunque las opiniones en UCD son dispares en cuanto al alcance que deberían tener los acuerdos, el partido centrista persistirá en ellos.

En cuanto a las posibilidades de acuerdos con los grupos nacionalistas, especialmente Convergencia de Cataluña, se plasmarían más bien en el campo institucional y se expresarían, por tanto, en una mayoría parlamentaria estable. Asimismo, podrían conllevar la entrada de algún miembro de la Minoría Catalana en el Gobierno de Madrid.

Aunque las versiones son contradictorias -en el sentido de que unas fuentes de UCD dan por firmado el pacto con los nacionalistas catalanes, y otras estiman lo contrario-, la opinión más común es que en la actualidad la posibilidad de que un miembro de Convergencia sea nombrado ministro está más lejos que hace semanas.

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El juego del nuevo consenso quedaría, de todas formas, circunscrito a las fuerzas citadas, ya que se descarta al grupo de Fraga, al que se considera totalmente escorado a la derecha, y el Partido Comunista, con el que en la actualidad UCD no mantiene contacto ni, prácticamente, relaciones.

Al mismo tiempo, y una vez decidido que en el nuevo Gobierno entrarían Francisco Fernández Ordóñez y Rodolfo Martín Villa, el aparato centrista trabaja actualmente en la preparación de lo que podría ser presentado a la vuelta de las vacaciones como nuevo programa del partido.

Si las gestiones se culminan con éxito, el nuevo Gobierno y su programa serían presentados junto al voto de confianza para el presidente. El propio secretario general de UCD, Rafael Calvo Ortega, admitió anoche la posibilidad de que la permanente centrista estudie el tema del voto de confianza a Suárez en su próxima reunión.

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