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Preocupación en Occidente ante la situación de la nueva capital judía

El Gobierno francés expresó ayer su «viva preocupación» por la aprobación por parte del Parlamento israelí de la ley básica que hace de Jerusalén la capital «reunificada» del Estado hebreo. La adopción de esta ley «es contraria al Derecho internacional y a las resoluciones de la ONU», señaló en un comunicado el ministro galo de Asuntos Exteriores. «El Gobierno francés deplora esta decisión unilateral, que se inscribe en un conjunto de medidas tendentes a cuestionar el estatuto de Jerusalén», concluyó.En Bonn, el Gobierno federal alemán manifestó su «desacuerdo» y «preocupación» por la decisión adoptada por el Parlamento de Tel Aviv. Un portavoz del Ministerio alemán de Asuntos Exteriores subrayó que la nueva ley significaba un «paso grave » contra la paz en el Oriente Próximo, tal y como se desprende de la primera reacción negativa que ha provocado en Egipto.

En Londres, ayer todavía no se había dado ningún comunicado oficial. Sin embargo, en los medios gubernamentales británicos se mostraba preocupación por la aprobación de la ley, que podría, según señaló una fuente oficiosa, hacer crecer peligrosamente la tensión en el Oriente Próximo.

Tampoco por parte española hubo ayer reacción oficial. El PSOE hizo público un comunicado en el que lamentaba la decisión, que «constituye una evidente muestra de intransigencia política».

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