Carrillo insiste en el Gobierno de concentración

«Tengo la seguridad plena de que la grave situación actual no se daría si hubiera un Gobierno de concentración», afirmó ayer el secretario general del PCE, Santiago Carrillo, en unas declaraciones efectuadas con motivo de la inauguración de locales de su partido en pueblos de Albacete. A renglón seguido añadió que ser ministro no tiene ningún atractivo para él, después de que lo han sido personas como Otero Novas.

«Suárez se dedica a intentar poner en orden los problemas que tiene, buscando apoyos para su Gobierno, y le va a ser muy difícil llegar a conseguir una coalición con mayoría en el Parlamento, sobre todo si trata de realizarla a base de las minorías catalana y vasca, por las diferencias que les separan en el tema de las autonomías».

Añadió que «los cortos tres años de legalidad de algunos partidos han puesto de manifiesto su inmadurez. Haría falta que esos partidos tuvieran un sentido más profundo de la realidad nacional, tratando de poner remedio a los problemas de modo solidario, en lugar de preocuparse prioritariamente por ir obteniendo un conjunto de cotas desde el punto de vista electoral. Antes existían más posibilidades de diálogo en este sentido que ahora, puesto que Suárez y su Gobierno se encuentran prácticamente enclaustrados y sin abordar un conjunto de problemas que deben solucionarse de inmediato».

La «salud» del PCE

Preguntado por los problemas internos del PCE, dijo que «los partidos, en general, atraviesan algunas situaciones delicadas y difíciles en ocasiones. El PCE, en este contexto, también tiene algunas dificultades pequeñas y de poca importancia. Hay una cierta desafección en este período por parte de los militantes hacia algunos partidos, ya que piensan que los partidos no han conseguido lo que ellos querían de un modo inmediato. Existen problemas de sensibilidad en algunos aspectos de la política, de antipatía, de simpatía, pero la salud del PCE, en el conjunto de los partidos, es la mejor, sin ningún género de dudas».Asimismo reiteró su tesis contraria a la entrada de España en la OTAN, así como su deseo de que áuestro país ingrese en el Mercado Común, pero sin atribuir a este último ninguna cualidad milagrosa. «Mercado Común, sí, pero no como un tanto electoral», dijo.