¡Qué pena de Televisión!
El viernes pasado, el programa Polideportivo, de la segunda cadena de Televisión, se despedía, por boca de su director, hasta dentro de quince días. Ese gran periodista que es José Félix Pons alegó que estas vacaciones eran las primeras que el espacio se tomaba desde su inicio.Lo que llama la atención es que tenga que ser un día antes del inicio de la Olimpiada cuando comience su descanso, además del hecho de que éste dure quince días exactos, es decir, el tiempo justo en que se desarrolla la Olimpiada.
No conozco las razones de las vacaciones del programa. El equipo que lo realiza es muy amplio y puede muy bien dividirse en su tiempo vacacional o, si lo prefieren, retrasar el descanso hasta el mes de agosto. Pero lo que irrita es que Polideportivo no informe en directo de los sucesos olímpicos. Y aquí cabe preguntarse si las «vacaciones» han sido obligadas, puesto que no creo que unos periodistas deportivos no se sientan con ganas e interés profesional de informar de una Olimpiada, que, por muy politizada que quieran hacerla, siempre es el principal evento deportivo mundial, y uno de los actos que más tratan de unir a las gentes de la tierra. Viendo la programación de Televisión en lo referente a la Olimpiada, no es muy aventurado imaginar que la culpa de las «vacaciones» de Polideportivo, en este momento, no la tienen quienes realizan el programa, sino que es propiedad exclusiva de los altos dirigentes de Televisión, que, una vez más, nos dan muestra de su desinterés por el público y por los honrados periodistas que intentan trabajar en la mejor Televisión de España. ¡Qué pena de Televisión! /
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