El Papa quiere convertir a todos los sacerdotes en clero misionero
El clero católico está mal distribuido en el mundo. Lo afirma un documento de la Sagrada Congregación del Clero aprobado por el papa Juan Pablo II y entregado el martes a la prensa internacional en el Vaticano.La mayor novedad del documento, que revela, sin falsos pudores, la grave crisis de la Iglesia católica en el campo sacerdotal, consiste en el hecho que desde ahora todo el clero mundial, incluido el secular, deberá convertirse en clero misionero. No sólo los religiosos podrán y deberán dejar su patria para irse a evangelizar lejos. Cualquier párroco del mundo, de acuerdo con su obispo, podrá pedir o se le podrá aconsejar dejar su diócesis para ir donde falten sacerdotes.
El documento, que ha sido redactado después de consultadas todas las conferencias episcopales y después de un congreso mundial celebrado en Malta con especialistas en la materia, afirma que mientras en Europa y en América del Norte se halla el 45 % de los católicos del mundo asistidos por el 77,2% del clero mundial, en América Latina y en las islas filipinas, que cuentan con el otro 45 % de los católicos de la Tierra, sólo el 12,6% del clero mundial ofrece su actividad religiosa. El texto, que insiste mucho no sólo en la necesidad de una distribución «más justa» del clero, sino también en la preparación psicológica, cultural y moral de los sacerdotes «que estén dispuestos a convertirse en misioneros», admite abiertamente que, «si contemplamos el mundo que debemos evangelizar, no puede dejar de golpearnos la insuficiencia de medios de que dispone hoy la Iglesia para afrontar tan inmenso problema», y puntualiza que, «en efecto, en 1977, nuestro planeta contaba con 4.094.110.000 habitantes, de los cuales sólo 739.127.000 son católicos, o sea, apenas el 18% de la población mundial».
Mala distribución del clero
Pero lo que más preocupa a las autoridades eclesiásticas es la mala distribución del clero, ya que, afirma el documento, por cada 100.000 católicos en América Latina existen hoy sólo dieciséis curas, 33 en Africa del Sur y en el Extremo Oriente, mientras para los mismos católicos en Europa hay 93 sacerdotes, 102 en Oceanía y 120 en Estados Unidos.La Iglesia no está dispuesta a mantener esta situación de injusticia; por eso, con este documento se exhorta a los obispos con clero abundante que se dispongan a ser generosos, preparando a los candidatos al sacerdocio en un clima católico, es decir, universal, dispuestos a ser sacerdotes en cualquier parte del mundo.
El documento insiste mucho, probablemente para no asustar demasiado al clero secular, en que se den las máximas garantías a aquellos sacerdotes dispuestos a convertirse en misioneros dejando la propia patria. Se pide al obispo que les recibirá que los considere como a todos los demás sacerdotes; que les asegure toda la asistencia social necesaria y la jubilación; que les permita de vez en vez volver a visitar su tierra.
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