Los precios de compras y alquileres
En la sierra, ser propietario es lo más común, mientras el alquiler remite, llegando a ser, en pueblos como San Lorenzo de El Escorial o Robledo de Chayela, prácticamente nulo. El hábitat es de edificación moderna, chalé o apartamento, excepto en los pueblos de veraneo anterior al boom (Cercedilla, Los Molinos, Guadarrama, Navacerrada, San Lorenzo de El Escorial) que conservan viviendas unifamiliares, en granito de típica casa serrana. Y el veraneo sueje ser trimestral.En Somosierra, «sierra pobre», son raras las urbanizaciones modernas. Lo que hacen los veraneantes, generalmente el nieto que vuelve o el «progre madrileño », es restaurar la casa del pueblo, o alquilar a unas 10.000 pesetas mensuales para toda la temporada. Sólo hay una urbanización importante en Cotos de Monterrey, entre dos de los pueblos más bajos de la «sierra pobre», Cabanilla de la Sierra y Venturada.
En el Valle de Lozoya, lindando con Segovia, el veraneante lo que hace es alquilar, a unas 60.000 pesetas toda la temporada. Para comprar hay poco. Aunque esta zona, de urbanizarse al completo, tendría una capacidad para 250.000 madrileños, la oposición popular continúa, como se evidenció con Valcotos, la urbanización más grande de la zona.
En la sierra rica, foco de más de la mitad de los 500.000 veraneantes, sucede lo contrario. Predomina la propiedad frente al alquiler. Y al chalé y la casa del pueblo se han ido adosando, cada vez más aumentados, los bloques de apartamentos, aprovechando el encarecimiento del suelo en altura.
Es la zona de veraneantes más selecta, clase alta y media alta, especialmente en Cercedilla y San Lorenzo de El Escorial, de más chalés que apartamentos, con máximo de altura tres. Los precios oscilan entre los siete y los veinte millones. Y los escasos alquileres están marcados por la piscina. Si la tiene, 150.000 temporada. Si no, unas 100.000. En Los Molinos, Becerril, Soto del Real, (Galapagar, poblados de profesionales liberales y médicos, de más chalés que apartamentos, la venta está por encima de los cinco millones de pesetas, y el alquiler, alrededor de 80.000 sin piscina, y 120.000 con ella. Y en la zona más proletaria de veraneantes, en Guadarrama y Vilialba, de clase media baja y obreros, es donde predominan los apartamentos, con cuatro y cinco alturas y de cuatro millones de peletas en adelante. Y en Villalba ya abundan más los alquileres que las ventas, rondando las 60.000 dos meses.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.