Los Reyes de España presidieron la apertura solemne del Tribunal Constitucional

El Tribunal Constitucional, a falta de los dos magistrados que deberá proponer en su día el Consejo General del Poder Judicial, se constituyó públicamente ayer, en un acto que revistió gran solemnidad, en presencia de los Reyes de España, representaciones del Gobierno, el Parlamento y el Tribunal Supremo, así como numerosos invitados nacionales y extranjeros.

Previamente al acto de constitución del tribunal, el presidente, vicepresidente y los otros ocho magistrados juraron o prometieron «guardar y hacer guardas fielmente y en todo, tiempo la Constitución española, lealtad a la Corona y cumplir mis deberes como magistrado constitucional ».Al mediodía, en el moderno edificio todavía pendiente de habilitar para el tribunal, con sede en la calle de Doménico Scarlatti. se celebró el acto solemne de constitución del alto órgano. Los Reyes fueron recibidos por el presidente del Gobierno y el de la Junta de Jefes de Estado Mayor, teniente general Alfaro Arregui, así como por el presidente del tribunal, Manuel García Pelayo, y otras autoridades. Don Juan Carlos pasó revista a las tropas que le rindieron honores.

Asistieron el Gobierno, las Mesas del Congreso y del Senado, junta de gobierno del Tribunal Supremo, presidentes de los Gobiernos vasco y, catalán, cuerpo diplomático, mandos militares y representaciones de las confesiones religiosas católica, protestante e israelita, así como numerosos parlamentarios y otras personalidades españolas. Entre los extranjeros destacaban los presidentes de los Tribunales Constitucionales Italiano y alemán.

Iniciado el acto, don Juan Carlos dio la palabra al magistrado secretario -por razón de ser el más joven de los diez-. Rafael Gómez Ferrer, quien leyó los preceptos legales a los que se ajusta la constitución del tribunal.

A continuación, el presidente del Tribunal Constitucional, Manuel García Pelayo, pronunció un discurso que fue calificado de importante y profundo por muchos de los asistentes al acto y muy aplaudido al término del mismo.

Don Juan Carlos cerró el acto con un discurso en el que resaltó la importancia del tribunal, y exhortó a todos los órganos del Estado a cumplir las decisiones del alto órgano constitucional y exhortó a los magistrados a realizar el máximo esfuerzo para la consolidación del Estado social y democrático de derecho.