El estío (y el hastío) invaden la Bolsa
Si algún calificativo merecen las cuatro sesiones de la semana pasada es el de la transición. O, para decirlo con palabras más llanas, nada por arriba, nada por abajo. Ni al comienzo ni al final se produjeron acontecimientos que sirvieran para modificar los hábitos o las actitudes de los habituales del parqué, ni siquiera para vislumbrar un cambio de tendencia en un próximo futuro.Ya la pasada semana comentábamos en estas mismas líneas que el paréntesis veraniego se había abierto con todas sus consecuencias. Hace un año, el país vivía pendiente de acontecimientos importantes, que podían influir en el curso de la Bolsa: Jomeini y sus muchachos hacían diabluras con los suministros de¡ petróleo, se empezaba a fomentar un elevado grado de incertidumbre económica a nivel mundial, el Gobierno tenía anunciado un plan económico que luego acabó llamándose PEG (Programa Económico del Gobierno), etcétera.
Todo este cúmulo de expectativas carece de paralelismo en los momentos actuales. Si acaso, la necrofilia ministerial y la esperanza -o temor- de cambios significativos en la cúpula de la dirección económica de los asuntos colectivos. Pero nada más. El verano ha llegado, al parecer, con todas sus consecuencias.
Yendo más directamente a lo que ha sucedido sobre el triste y apagado parqué, podríamos señalar que en los cuatro días de la semana se produjeron ligeras variaciones del índice general, que para el conjunto de la tanda semanal arrojan una pérdida de tres centésimas. El martes, el índice bajó a consecuencia de la caída de las cotizaciones de los valores bancarios. La atonía generalizada cuajó incluso en una menor actividad del mercado de letras. Sin embargo, el miércoles resurgieron los bancos y las eléctricas se unieron al carro. Cambio de cierto interés fue el de petróleos, que experimentó un avance de tres enteros, poco significativo por su soledad, aunque sí por su específica personalidad. El conjunto del mercado se vio arrastrado por un viento ligeramente desfavorable, que se reflejó en una caída de doce centésimas.
Prosigue el alza bancaria
EI jueves prosiguió el alza del sector bancario. El primer banco comercial del país, el Banesto, subió cinco enteros, y la subida generalizada del sector empujó hacia arriba el índice general de la Bolsa.
Y finalmente, el viernes, nueva subida, de doce centésimas, que no sirve para compensar los pequeños contratiempos anteriores y darle un giro completo a la situación. Hubo algo de papel a la venta, con ligero predominio sobre la demanda, pero al final ganó esta última.
Lo mismo que decíamos a finales de la semana pasada puede ser repetido ahora. El estío ha llegado y la Bolsa lo ha aceptado. De aquí a finales de agosto, salvo cataclismos, las cosas van a seguir así.
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