Ruptura del PSC-PSOE en sus dos colectivos originarios
En la primera jornada del segundo congreso del PSC-PSOE se concretó formalmente -de manera temporal o definitiva- la ruptura del partido en los dos colectivos básicos de cuya fusión había nacido en otoño de 1977. A las dos de la madrugada proseguían por separado, en salas totalmente diferentes, las sesiones de lo que de hecho eran dos congresos diferentes, el de los delegados procedentes del PSC (Congrés) y el de los delegados procedentes de la antigua Federación Socialista Catalana del PSOE.El primer acto del congreso, la elección de su mesa, ya presagió la ruptura. Se presentaron dos candidaturas, una formada por antiguos militantes del PSC-C y la otra integrada por militantes procedentes del PSOE. Ganó la primera por un porcentaje algo superior al 55%. Ello produjo una enorme crispación que se plasmó en ruptura formal cuando la mesa electa aceptó como mayoritaria una de las dos delegaciones que se atribuían la representación de la federación local de Sabadell. Lógicamente, la favorecida fue la formada por antiguos miembros del PSC-C, a la que se concedió un 75% de delegados.
La otra delegación, integrada por miembros del antiguo PSOE, fue considerada minoritaria y se le otorgó un 25% de los delegados totales. Hasta esta decisión, todos los delegados presentes en el congreso que provenían del PSOE abandonaron la sala mientras coreaban: «PSOE», «PSOE». A partir de este momento, el congreso quedó subdividido en dos y el orden del día originario totalmente abandonado.
Un 40% de los delegados -los procedentes del PSOE- se reunieron en otra sala. El 60% restante -correspondiente al antiguo PSC-C- continuó en la sala inicialmente prevista para la celebración del congreso.
Los delegados procedentes del PSOE debatieron a puerta cerrada si abandonaban ya oficialmente el partido, para reconstruir el PSOE en Cataluña, o bien negociaban con el sector del PSC-C al que acababan de abandonar. Un 80% de los delegados del antiguo PSOE se mostraban partidarios de la ruptura total e inmediata, mientras que el 20% restante debaja abierta la puerta a la negociación.
Pese a esta postura inicial, los miembros de la ejecutiva saliente procedentes del PSOE, que también habían abandonado el congreso y también formaban parte en la reunión, lograron que se formara una comisión de tres personas para intentar una última negociación. Los tres puntos básicos de la negociación propuestos por los ex PSOE eran reconsideración del tema de la delegación de Sabadell, nueva elección de la mesa del congreso y, de forma especial, la garantía de que Carlos Cigarrán será elegido secretario de organización de la ejecutiva entrante, cargo que ya ocupaba en la saliente.
Por parte del antiguo PSC-C también se eligió una comisión negociadora para intentar la reconciliación. Fueron elegidos miembros de esta comisión ocho militantes totalmente desconocidos, lo cual originó un incremento de la crispación por parte del sector del ex PSOE.
Paralelamente, Joan Reventós, absolutamente desbordado por el problema creado, dio lectura a los delegados del antiguo PSC-C de su informe como secretario general saliente. El informe era absolutamente gris y carente de todo contenido político.
Tres miembros de la ejecutiva estatal del PSOE -Javier Solana, Guillermo Galeote y Carmen García Bloise- estaban presentes en el congreso como invitados, pero se negaron de plano a llevar a cabo ninguna gestión. Dirigentes socialistas catalanes solicitaron, telefónicamente a Felipe González que hiciera acto de presencia para protagonizar una solución de compromiso, pero el primer secretario del PSOE se negó rotundamente a ello.
A altas horas de la madrugada los dos sectores enfrentados coincidían en sólo dos puntos: la total imprevisibilidad de los acontecimientos más inmediatos y la absoluta marginación de Joan Reventós, quien anoche era criticado sin ningún paliativo por todos los sectores, incluidos sus más viejos compañeros.
