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CC OO niega a las elecciones de Altos Hornos de Vizcaya el carácter de "test" para Euskadi

Desde las seis de la mañana hasta las doce de la noche de ayer, los casi 9.000 trabajadores de los cuatro turnos de Altos Hornos de Vizcaya, la mayor industria del País Vasco, acudieron a las urnas para elegir el nuevo comité de empresa. La significación de Altos Hornos en la historia del movimiento obrero vasco, la difícil situación financiera por la que atraviesa la empresa y el alcance de prueba que las centrales, y UGT en particular, quieren dar a estas elecciones como termómetro de la actual temporada sindical en Euskadi, contribuyen a concentrar sobre los resultados, que no se conocerán hasta la tarde de hoy, la máxima atención.

Altos Hornos de Vizcaya, con una plantilla de 8.800 trabajadores, fue durante decenios el símbolo de la siderurgia vasca, cabeza de toda una red de pequeñas y medianas industrias auxiliares, y a menudo punta de lanza del movimiento sindical en Euskadi. Durante los años sesenta, sin embargo, y como efecto de la ayuda financiera estatal, canalizada a través de sucesivos acuerdos de «acción concertada», los salarios de Altos Hornos, bastante superiores a la media del sector, contribuyeron a crear una cierta imagen del trabajador de esta empresa como perteneciente a la «aristocracia obrera».A partir de mediados de la década pasada esa situación fue variando como efecto, ante todo, de la crisis general del sector siderúrgico. El pasado fin de semana, el presidente del Consejo, José Luis Burgos, presentó ante la junta de accionistas un pesimista panorama, advirtiendo que, tras un ejercicio al que calificó como «el peor en la historia de la empresa», Altos Hornos no podrá «llegar a octubre si antes no se lleva a cabo, con la ayuda pública, el plan de reestructuración del sector».

Siete candidaturas

A las elecciones de ayer concurrieron siete candidatos: UGT, CC OO, ELA(a), LAP, ELA-STV, OAO e independientes, que coincide aproximadamente con las fuerzas que obtuvieron representación en las elecciones de 1978. UGT, veintiún delegados; CC OO con doce, y ELA(a), con siete, fueron entonces las tres centrales mayoritarias.Aunque es posible que en esta ocasión el sindicato abertzale LAB consiga algún puesto, no se esperan grandes variaciones en la composición del nuevo comité. UGT, que quiere hacer de estas elecciones una prueba similar a la que supuso para Cataluña las celebradas en Seat, ha centrado su campaña en la potenciación de las secciones sindicales y en el principio expresado en su eslogan central, «negociar sin demagogias». CC OO, por su parte, considera que en una empresa tan compleja como Altos Hornos, enfrentada además a un plan de reestructuración, la unidad de las distintas corrientes a través del comité es «doblemente necesaria», por lo que su programa insiste en la necesidad de potenciar dicho órgano.

De acuerdo con la nueva legislación, el número de componentes del comité se reducirá de 48 a 37 miembros. De mantenerse la correlación resultante en 1978, UGT obtendría quince puestos. Fuentes de la central socialista fijaron, sin embargo, su meta en la obtención de los diecinueve puestos que le darían la mayoría absoluta. Por su parte, fuentes de CC OO negaron que los resultados de estas elecciones se puedan considerar una prueba válida de la actual relación de fuerzas en el panorama sindical vasco, citando al respecto dos datos: que la mayoría obtenida hace dos años por UGT en Altos Hornos fue luego confirmada a nivel de Euskadi, donde CC OO resultó mayoritaria; y que de los 315 delegados hasta ahora elegidos en Vizcaya, 99 corresponden a su central, frente a los cuarenta obtenidos por UGT.

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