Tensión en el Laboratorio de Higiene tras la incoación de los expedientes

Un alto responsable de la sanidad municipal madrileña calificó ayer de explosiva la situación en la que se encuentra el Laboratorio Municipal de Higiene, después de que se hiciera pública, el sábado pasado, la incoación de tres expedientes disciplinarios a otros tantos veterinarios afectos a dicho servicio, por «incumplimiento de la normativa vigente sobre control alimentario» (véase EL PAIS del pasado domingo). Según el citado expediente, los tres inculpados -de los que no han sido facilitados sus nombres- devolvieron a un vendedor ambulante 38 jamones de dudosa calidad que le habían sido requisados a éste por la Policía Municipal. Uno de ellos, además, figuraba como veterinario oficial deja empresa expendedora de los jamones, cuando actualmente mantiene una relación laboral de dedicación exclusiva con el ayuntamientos. Los expedientados no llevaron el producto requisado al laboratorio para su análisis.Los problemas por los que atraviesa el laboratorio, que han conducido a esa situación explosiva, son, según el responsable citado, de tres tipos: irregularidades heredadas de etapas anteriores, que precisan de una profunda reforma administrativa en el seno del ayuntamiento; casos poco justificables y no enmarcables en el tipo anterior, cual son los que han dado lugar a la apertura de los tres expedientes, y la sospecha o confirmación, en algunos casos, del no cumplimiento por parte de algunos funcionarios, más de sesenta, de la dedicación exclusiva. «No es justo que, después de un año», aseguraron las fuentes consultadas por EL PAIS, «haya gente que esté cobrando 51000.pesetas más por ese concepto y que no lo cumplan».