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Las quinielas superaron el "récord" de recaudación

En el año 1967, el delegado nacional de Educación Física y Deportes, a la sazón Juan Antonio Samaranch, manifestaba su alegría al comprobar que en las arcas de dicha delegación habían ingresado más de mil millones de pesetas provenientes de las quinielas. Decía el hoy aspirante a la presidencia del COI que él soñaba con aquella cifra para poner remedio a los grandes males de nuestro deporte.No es difícil imaginar qué pensará en estos momentos el señor Samaranch al comprobar que en la finalizada temporada de quinielas se han recaudado nada menos que 37.500 millones de pesetas, de los cuales más de 8.000 han ido destinados a la tesorería del Consejo Superior del Deporte. Realmente ha sido una temporada excepcional, tanto en recaudaciones como en premios, con un balance ciertamente halagador.

892 millones de media semanal

Cuarenta y dos jornadas ha tenido el extinto ejercicio, y en diecisiete de ellas los premios para el catorce rebasaron el millón de pesetas, cosa que hacía muchísimos anos que no sucedía. Para que ustedes tengan una idea, hace tres temporadas los premios correspondientes al «catorce» que superaron el millón fueron solamente diez; hace dos años, quince, y en ésta, como queda dicho, en diecisiete jornadas los acertantes del pleno cobraron por arriba del millón, con el significativo estrambote que en dos semanas los premios fueron de 95 millones para cada uno de los dos acertantes de catorce, aparecidos en las semanas once y veintisiete.A 892 millones de pesetas se ha elevado la recaudación media semanal, mientras que la de la temporada anterior se situó en 740 millones, es decir, más del 20% de recaudación semanal media.

Más variantes que nunca

También en el capítulo de variantes la temporada ha marcado un signo positivo. En más de treinta años de quinielas, los negativos con que se cerraba cada año no iban más allá de los 5,25 de media semanal. Y es que, mientras algunas jornadas tenían siete u ocho variantes, la mayoría se quedaba en cuatro o cinco. Este año, no; esta campaña la media semanal de negativos ha rebasado lo que estadísticamente parecía inabordable: con una media de 6,19 variantes por semana se cerró la temporada, sobresaliendo las semanas quinta y undécima, con diez variantes cada una, además de tres jornadas con nueve, seis con ocho y dos con siete. Los aficionados a las quinielas han tenido que cavilar más que nunca, porque se han producido muchísimas sorpresas. De ahí que el afortunado que los acertó haya logrado el pleno económicamente.Ya es conocido que a partir de la próxima temporada la apuesta va a sufrir un considerable aumento. De las 7,50 pesetas actuales se va a pasar a diez, subida impopular, según las reacciones habidas en este sentido. En poco más de tres años se ha subido el ciento por ciento en las quinielas. El apostante cada día rellena menos columnas, porque cada día le cuesta más.

Dicen que parte de la culpa de este nuevo e inminente aumento la tienen, por un lado, el Mundial-82, para el cual se destinarán cuarenta céntimos de cada apuesta, lo que puede significar unos cincuenta millones semanales, y, por otra, el exceso de papel, que el patronato no tiene capacidad para archivar. El Patronato, al parecer, está incinerando el papel de los boletos rellenos antes del tiempo de caducidad que marcan los estatutos, cosa increíble en una entidad tan seria y de tanto prestigio como es el referido organismo. Existe, aun en el propio patronato, expectación ante el cariz que pueden tomar las nuevas recaudaciones en la próxima temporada. Y hasta miedo, porque si de algo están seguros es que las recaudaciones no van a aumentar.

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