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La sección sindical de UGT solicita la destitución del presidente de la "Caixa"

La sección sindical de UGT solicitará de la comisión de control de la Caja de Pensiones para la Vejez y de Ahorros de Cataluña y Baleares (CPVA) la anulación de la elección de su presidente, Salvador Millet Bel, concuñado del presidente saliente, Narciso de Carreras. Asimismo, dentro de breves días el Grupo parlamentario Socialista presentará ante el Parlamento catalán una proposición de ley sobre órganos gestores de las cajas de ahorro, como respuesta inmediata a la elección de Millet y con el confesado fin de poner término a la misma. Finalmente, la consejería de Economía y Finanzas de la Generalidad está preparando un proyecto de decreto sobre las cajas catalanas, movido por el mismo tema y con comparable finalidad.Con cerca de 500.000 millones de pesetas en recursos ajenos, la Caixa es la primera institución de su carácter de España y la tercera de Europa. Es común entre los políticos catalanes afirmar que controlarla da más poder que presidir la Generalidad. Su volumen mensual de créditos concedidos es de unos 6.000 o 7.000 millones de pesetas. Su control real está en manos del director general, José Vilarasau Salat, primo de Carlos Ferrer Salat y antiguo titular de altos cargos, dentro del sector público, bajo el franquismo.

Respecto a la Generalidad, el Estatuto de Autonomía de Cataluña le atribuye, en su artículo 12, competencia exclusiva en materia de instituciones de crédito y cajas de ahorro. No obstante, la Generalidad no fue en absoluto consultada respecto a la elección de presidente de la Caixa, según ha sabido este diario en altas fuentes políticas.

Con relación a la poca consideración hacia la Generalidad, hay que indicar que la CPVA posee desde hace unos meses el 7% del capital de Banca Catalana, entidad madre del primer grupo bancario catalán, del que Jordi Pujol es el principal accionista (un 13%). La penetración de la CPVA en el citado grupo bancario fue debida a la consolidación de importantes créditos, a los que entonces se había visto obligado a recurrir el banco, a través del mercado interbancario, en el que la CPVA se muy activa. Asimismo, la Caixa tiene concedido a Banca Catalana un préstamo hipotecario sobre su sede central de 1.000 millones de pesetas.

Millet fue elegido por quince votos a favor -incluidos el de los ocho cesados y el suyo propio-, mientras Ortínez obtenía cinco, de los cuatro representantes del personal y el del consejero Miquel Casals Colldecarrera. Este último obtuvo un solo voto, el de Ortínez.

La elección el pasado 27 de mayo de Salvador Millet representó la culminación de una operación destinada a mantener el actual estado de cosas, basado en un claro deseo de escapar al control de las instituciones del autogobierno catalán y lograr la perduración del papel de Vilarasau, ya que, en todo caso, la beligerancia de Millet como presidente sería muy escasa.

Este diario ha podido obtener una copia del acta de la reunión del consejo de la fecha citada, en la que se eligió a Millet. De una muy dura intervención del consejero Manuel Ortínez se desprende una fuerte presunción de graves anomalías jurídicas en el proceso de elección. Resulta que en la convocatoria del consejo no figuraba la elección del presidente, sino que se aludía a «asuntos de», y que tomaron parte en la elección ocho consejeros cesados desde el pasado mes de marzo (sobre un total de veintiún consejeros que tomaron parte en la votación).

«Considero», dijo en la reunión Ortínez, según consta en el acta, «que el planteamiento que se hace ahora de esta elección del presidente por sorpresa, con dudas sobre su legalidad y con desatención a la Generalidad de Cataluña, es improcedente». A lo que agregó: «Imponer en este acto la elección tal como se ha propuesto es incorrecto para las instituciones catalanas, para el país entero, al que nos debemos, y, en definitiva, para esta caja».

La candidatura de Millet fue defendida por su concuñado, Narciso de Carreras. También la propuso y votó el vicepresidente primero, Enrique Ramos Fernández, ex subjefe provincial del Movimiento de la dictadura en Barcelona.

Preguntado respecto a si el candidato de los socialistas a la presidencia de la CPVA era Manuel Ortínez (ex consejero de Gobernación con Tarradellas y artífice principal del retorno de éste), el aludido diputado socialista contestó: «Nuestra opinión sobre Ortínez es la misma que pueda tener cualquier persona sensata que lea la lista de actuales consejeros y conozca mínimamente la realidad social catalana. La inmensa mayoría de los miembros del consejo responden a la realidad del franquismo, no a la propia de la democracia y la autonomía». Con esta frase, la fuente situaba a Ortínez en el plano del único candidato posible. Ortínez había sido requerido como candidato deseable a la presidencia de la CPVA por Narciso de Carreras y José Vilarasaum, hace ya meses, cuando era consejero de Gobernación de la Generalidad,y desde la CPVA era temida una victoria socialista en la Generalidad, que luego no se produjo.

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