Los liberales alemanes confirman su apoyo a Schmidt cara a las elecciones de otoño

Con sólo cinco votos en contra y 395 a favor, los delegados participantes en el congreso extraordinario del Partido Liberal alemán clausurado ayer en Friburgo, aprobaron el programa electoral de su grupo político con vistas a la consulta popular del 5 de octubre, día en que la República Federal de Alemania elige un nuevo Parlamento.Según el líder del Partido Liberal (FDP), el ministro de Asuntos Exteriores, Hans Dietrich Genscher, si estas elecciones serán las más decisivas de la moderna historia alemana, el congreso del FDP en Friburgo constituye un hito para el liberalismo alemán.

La derrota del FDP en las elecciones de Renania-Westfalia el pasado 11 de mayo, que cerraron las puertas de la Dieta regional a este partido, por no alcanzar el mínimo del 5% de votos, ha significado para los liberales una definitiva vinculación electoral al Partido Socialdemócrata o, más concretamente, con la figura de Helmut Schmidt.

La semana pasada, el ministro de Economía, el liberal conde Lambsdorff, recordaba en tono recriminatorio los orígenes de la ostpolitik, considerando la postura del principal negociador con el Este, Egon Bahr, actual secretario general de la socialdemocracia, excesivamente entreguista. Apenas cuatro días después, el FDP decide apoyar incondicionalmente la política de distensión.

No hace tampoco muchos días, Genscher consideraba poco menos que perjudicial el viaje de Helmut Schmidt a Moscú. Ayer, el mismo Genscher lo calificaba como «necesario y útil, sobre todo en estas circunstancias». El Congreso incluso ha aprobado una moción en contra de que se mantenga el aislamiento carcelario y la cadena perpetua, pena máxima en este país, que representa de hecho una retención penitenciaria de menos de veinte años. Esta moción ha sido criticada por el ministro Lambsdorff, que hubiera preferido un simple apoyo a una reforma legislativa.

Este repentino «reformismo» del FDP ha sorprendido sobremanera. Hay quien ve en él una «huida hacia adelante» de un partido que alberga en sus filas a conservadores cercanos al CDU y «demócratas radicales», susceptibles de posiciones incómodas para el propio sector izquierdista del SPID. Los liberales buscan ahora un nuevo espacio propio y creen haberlo encontrado, con vistas a las elecciones, entre los jusos y Strauss, un espacio realmente amplio, apetecible para cualquier centrista, incluidos los más moderados del CDU y SPD.

Según Genscher, la coalición con el SPD, sector moderado, es necesaria por dos razones: porque sólo la socialdemocracia preconiza reformas y es una garantía de paz. En este sentido, Genscher ha rechazado definitivamente toda posibilidad de alianza con los democristianos con vistas al 5 de octubre. Con esta profesión de fe en Helmut Schmidt, los liberales tratan de ganarse a aquellos que aún ven en el SPD el partido de la expropiación y del alza incesante de la fiscalidad, pero no se atreven a votar a la CDU, atemorizados por lo que puede representar un candidato como Franz Josef Strauss.