El congreso de Al Fatah consagra la línea moderada de Arafat
El IV Congreso General de la organización palestina Fatah, principal grupo integrante de la OLP, que finalizó el domingo en Damasco, se ha traducido en una victoria de Yasir Arafat, jefe de la resistencia palestina y de su línea moderada.La composición del nuevo comité central, ampliado de diez a quince miembros, pone de relieve esta victoria. Cuatro de los cinco nuevos miembros del comité son íntimos colaboradores de Arafat. Este ha sido además elegido comandante en jefe de la organización Al-Assifa, rama militar del Fatah.
Arafat asume ahora todos los poderes militares y políticos en el seno de las instancias palestinas mas activas.
El programa político adoptado el domingo en la capital siria, al término de diez días de debates tormentosos, confirma esta victoria del líder palestino.
Contra los partidarios de la línea radical, partidarios de la lucha armada el fundador del Fatah ha impuesto sus puntos de vista, concretamente en lo que se refiere a una solución pacífica del problema palestino y a las relaciones de la resistencia palestina con los países árabes, especialmente Jordania.
Llevando la contraria a los «radicales», que ponen en pie de igualdad a EE UU y Europa, el programa político del Fatah, aun calificando a Norteamérica de «enemigo número uno» del pueblo palestino, define una actitud más matizada de cara a Europa. Subraya la necesidad de «reforzar la acción política en los Estados europeos» y de «aprovechar el apoyo de las fuerzas políticas, democráticas y progresistas para aumentar el aislamiento de Israel». Europa ha sido invitada a reconocer a la OLP como la representante legítima y «única» del pueblo palestino.
La importancia capital de Jordania ha sido también puesta de relieve por el documento final, que, considera que el reino hachemita tiene que convertirse en «una base fundamental de lucha contra el enemigo sionista».
Si la «revolución popular armada» sigue siendo «la única vía que conduzca a la liberación de Palestina», ésta tiene que ser, sobre todo, puesta en práctica en los territorios ocupados por Israel, concluye el documento final del Congreso.
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