Havelange elogió la organización del Mundial-82
El presidente de la FIFA, João Havelange, estuvo ayer en el Palacio de Congresos y Exposiciones dispuesto a contestar a cuantas preguntas se le hicieron sobre el Mundial-82 e incluso a otros temas, como el de Maradona, la sucesión en la presidencia del COI o el escándalo de las apuestas en Italia. A todo respondió, pero la verdad es que dijo muy poco y concretó menos. Muchos paños calientes y mucho conservadurismo en sus declaraciones. Junto a él, la plana mayor del Real Comité Organizador del Mundial: Saporta, Anselmo López, Cañedo, Porta, Manuel Benito y Agustín Domínguez.No se quiso complicar la vida Havelange y se dedicó a hacer un canto elogioso a la organización del próximo mundial. Por un lado, apuntó que había estadios, como el Camp Nou, idóneos, y por otro, dijo que el hecho de emplear 7.200 millones de pesetas en acondicionar dichos estadios le parecía una buena inversión, por la trascendencia que a todos los niveles, pero sobre todo al turístico, tenía un campeonato del mundo.
«No es sólo el número de representantes de los medios de información», dijo, «lo que hace rentable este tipo de inversión, sino que no hay que olvidar que el mundial lo van a ver más de 5.000 millones de personas, y he podido comprobar que España está perfectamente preparada para acoger el magno acontecimiento ».
Joáo Havelange no quiso pronunciarse acerca del tema Maradona y los muchos millones que se barajan en el tema, pero aclaró que la FIFA no puede intervenir directamente en el caso, porque tanto clubes como jugador están en su derecho de defender sus intereses.
Algo parecido dijo acerca del escándalo italiano sobre las apuestas, que han costado graves sanciones a los implicados, después hizo hincapié sobre el papel que la Prensa tiene en un acontecimiento de esta envergadura. Señaló que en el mundial de Alemania se habían acreditado 2.500 periodistas, que en el de Argentina fueron 6.000, y que ahora en España se esperaban 12.000, lo que daba una idea de la importancia que cada vez cobraban unos mundiales de fútbol ante los que no cabía ningún tipo de boicoteo.
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