Se caldea el país

Por lo mal que se van resolviendo los problemas planteados, los problemas crecen y se nos está caldeando el país. (...)Este es un país con poca capacidad crítica. Por eso ya se sabe: sobre la actuación de los jueces está bien visto aplaudir, pero resulta complejo disentir públicamente; sobre la función policial es cómodo escribir acerca de los aciertos al desmantelar bandas, pero es incómodo aludir a los excesos que en ocasiones se producen en sótanos de comisarías; sobre el estamento militar es agradecido subrayar los esfuerzos para mejorar la eficacia, pero entra en lo peligroso ahondar sobre determinados comentarios que algunos hacen en los cuartos de banderas.

De esta manera hemos llegado, al fin, como desenlace natural, al lamentable punto en que el vicepresidente del Gobierno ha pedido al Congreso un explícito chitón para que no trate en voz alta según qué cosas porque los tiempos no están para ello. (...)

La única salida está por delante y es la de la claridad, saber lo que ocurre y aplicar medidas que todos sepamos a qué responden. Porque mientras subsistan las ambigüedades y a las cosas no las llamemos por su nombre, seguirá la confusión. (...)

Esto es lo que pensamos sobre dos temas de actualidad, las limitaciones a la libertad de expresión y el frenazo a la sentencia de la «operación Galaxia», a la luz de los nuevos atentados de ayer.

, 17 de mayo