La inversión extranjera en España está muy diversificada por sectores y es de reducida cuantía media

La diversidad sectorial y la reducida cuantía media de cada operación son las dos principales características de la inversión extranjera en España. Estas son las principales conclusiones del primer censo sectorial de la inversión extranjera directa y en cartera, que acaba de terminar la Dirección General de Transacciones Exteriores.De acuerdo con las conclusiones del censo, realizado entre 55.800 sociedades anónimas, la presencia extranjera se ha hecho sentir en todas las ramas de la actividad económica, desde la construcción de maquinaria hasta el pequeño establecimiento comercial. No obstante, la más generalizada durante los años sesenta fue la inmobiliaria, hasta el punto de que en aquellos años el mayor inversor sectorial extranjero fue el adquirente de inmuebles para su propio uso o para la explotación directa.

Entre 1960 y 1977, la inversión media por empresa estuvo en torno a los treinta millones de pesetas, equivalente a más de 220.000 millones de pesetas, desembolsados en más de 7.000 sociedades españolas que recibieron participación exterior en su capital.

Del total de sociedades censadas, algo más del 11% tienen capital extranjero. De ellas, en un 2,9% ese capital es mayoritario, en el 3,50% tiene entre el 25% y el 50% y en el 4,78% no llegan al 25%. Hay un 89% de empresas censadas sin capital extranjero y su capital social representa el 43 % del total. Ello indica que el capital extranjero va a las empresas más grandes. No obstante, hay numerosas pequeñas empresas con mayoría de capital extranjero: 755, el 46% de todas las mayoritarias, que en promedio tampoco alcanzan los cuatro millones de capital social.

La distribución de capital entre titulares españoles o extranjeros difiere acusadamente de sector a sector. Nueve sectores (energía eléctrica, construcción de inmuebles, comercio al por menor, transporte, banca, compañías financieras, de seguros y sociedades de promoción inmobiliaria) suponen un capital de 1,1 billones de pesetas, y en esta suma el capital extranjero participa en un reducido porcentaje del 2,56%. Por el contrario, en las distintas ramas del sector químico y en la industria manufacturera el capital extranjero representa casi un tercio del total. De hecho, el capital nacional, si se exceptúa el sector eléctrico y algún otro, como el cementero, se ha orientado básicamente hacia la inversión inmobiliaria, a las sociedades de financiación, bancarias, financieras, servicios, comercio al por menor, transporte, etcétera.

El valor fiscal del capital extranjero multiplica por 2,20 el suscrito, mientras que el nacional lo hace por 1,98. Esto indica que existe una ligera mayor capitaliza ción interna en las empresas con participación extranjera, aunque se puede afirmar que son sensible mente iguales. Sí parece existir un mayor coste por empleado en las empresas con participación extranjera que en las restantes.