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Se consuma el golpe militar en Uganda

Aunque el confusionismo se mantenía ayer en las informaciones procedentes de Uganda, todo parecía indicar a última hora de la noche que el golpe militar se había consumado. En una emisión de Radio Kampala, captada en Londres, el presidente de la Comisión Militar y ministro de Trabajo, Paulo Muwanga, asestaba el golpe de gracia al régimen del presidente Godfrey Binaisa, y declaraba que «el poder ejecutivo sería ejercido en el futuro por una comisión presidencial compuesta por tres o cuatro personas».

Previa a esta declaración, y para que no quedase duda sobre quién era el amo de los destinos de Uganda, el comunicado declaraba la disolución de la Administración civil y la formación de un Gobierno militar.La constitución de este Gobierno militar, cuya composición se desconoce todavía, pone fin a una tensión creciente iniciada el pasado fin de semana cuando el jefe del Estado Mayor del Ejército ugandés, general de brigada David Ojok, se negó a aceptar la destitución decretada por el presidente Binaisa.

Sin embargo, la lucha por el poder en Uganda, en situación de caos permanente desde el derrocamiento del dictador Idi Amin, está muy lejos de haber terminado. Los observadores no acaban de encontrar una explicación al comunicado transmitido por la radio oficial de Kampala, en la que se anuncia la destitución del presidente Binaisa por la Comisión Militar, pero se pone un especial interés en hacer hincapié que esta destitución ha sido ordenada «por la Comisión Militar», pero no por el Ejército.

¿Qué quiere decir esta sutil diferenciación? Nadie lo sabe en estos momentos en la capital británica, aunque todo parece indicar que los responsables del golpe no quieren que aparezca como alzamiento militar, sino como un acto de la citada Comisión Militar, compuesta por civiles y militares, con el fin de no involucrar a todo el Ejército.

Es difícil hacer predicciones en una situación tan dinámica como la ugandesa, pero todo parece indicar que, una vez más, el destino del país africano tendrá que ser decidido por la intervención de las fuerzas armadas de Tanzania que, en número de 10.000, se encuentran en Uganda desde el derrocamiento de Amin.

A pesar del desconcierto que reina entre la población de Kampala, parece confirmarse que el colectivo militar domina la situación.

Las tropas continúan patrullando la capital y ayer se daba como seguro que los militares, que han tomado el control del poder en Uganda, son partidarios del ex presidente Milton Obote, actualmente exiliado en Tanzania. El colectivo de militares ugandeses cuenta con el apoyo político del Frente Nacional para la Liberación de Uganda (FNLU), que derrocó al dictador Idi Amín.

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