Jordi Pujol es ya el 115º presidente de la Generalidad
Jordi Pujol tomó posesión ayer de su cargo de presidente de la Generalidad. El Ejecutivo estuvo representado por el ministro José Pedro Pérez-Llorca, y el Legislativo, por el presidente del Senado, Cecilio Valverde. Paralelamente, el socialista Francisco Martí, en su condición de presidente de la Diputación de Barcelona, tomaba posesión del que hasta ahora había sido el despacho de Tarradellas.
En el plano formal, la noticia del día fue la toma de posesión de Pujol como 115º presidente de la Generalidad. Pero en el orden de la trascendencia política real destaca la profundización de la maniobra conjunta de socialistas y Tarradellas para socavar el escaso poder del presidente Pujol Tarradellas ha dejado la Generalidad «atada y bien atada», en el sentido de que, por un lado, deja colocados en ella a sus amigos y confidentes, y por otro, ha excitado la confrontación entre socialistas y Pujol.Por el mismo servicio de prensa -más controlado por los socialistas y Tarradellas que por Pujol- fueron distribuidos ayer tarde los discursos de la toma de posesión, sin ninguna nota informativa del acto, junto con una nota en la que se informaba de las actividades que hoy desarrollará el presidente de la diputación.
Según esta nota, resulta que hoy las autoridades militares y judiciales barcelonesas recibirán la visita del presidente de la diputación. Es una prueba más del deseo socialista de interferir en la proyección política del presidente de la Generalidad. De un presidente que, por deseo socialista, si necesita un servicio mínimo -de orden protocolario, de prensa o un simple automóvil- debe solicitarlo al oscuro colaborador de Tarradellas, Roma Planas.
Es literalmente imposible que Pujol pueda permitir muchos días este estado de cosas, que se caracteriza por convertirlo en víctima de problemas impresentables, como la imposibilidad de ocupar un despacho oficial, hasta ahora de Tarradellas, sito en la histórica residencia de los presidentes de la Generalidad. Se trata de una guerra política de contenido mobiliario e inmobiliario.
En la toma de posesión de Pujol pronunciaron sendos discursos éste y Tarradellas. El ex presidente volvió a referirse a la unidad -formulación política rechazada de plano por Pujol- con frases como «Esta unidad que hemos defendido durante estos dos años y medio el consejo ejecutivo de la Generalidad y su presidente ha dado y espero que dará, el día de mañana, resultados venturosos».
Con estas y otras referencias al futuro, unidas a un enfrentamiento político de fondo -de trascendencia pública, gracias a los problemas litúrgicos de los últimos días-, Tarradellas puede abandonar la Generalidad totalmente desmarcado de Pujol. De esta manera piensa quedar como una alternativa para el caso en que, de fracasar Pujol, Cataluña resulte ser -como ya dice Tarradellas que es- «ingobernable».
El tono y el contenido del discurso de Pujol fueron incomparables con los propios del de Tarradellas. Pujol no utilizó frases huecas ni sobrentendidos. Muchas de sus expresiones serían impensables en boca del actual Tarradellas. Tal es el caso del simple uso de la palabra catalanes para referirse a los habitantes de Cataluña. Esta palabra siempre ha sido evitada por Tarradellas.
Panorama sombrío
Pujol trazó un panorama social en términos de preocupación, en base a la crisis económica, la inseguridad ciudadana y el desencanto. Afirmó, en un tono de un catalanismo impensable en Tarradellas, que «Cataluña es un pueblo agredido en su identidad».«No servirá de nada el Estatuto», dijo Pujol, «no servirán de nada todas las competencias que nos traspasen, o nuestros conocimientos técnicos, o la capacidad de influir en la política general de España. No servirán de nada todo ello si no amamos a Cataluña. Y si no tenemos de Cataluña un concepto global y globalizador, un concepto en que de verdad quepan todos los catalanes».
«Cataluña se ha salvado», dijo también Pujol, «Cataluña ha vuelto. Con la ambición a la que tenemos derecho, porque a través de la historia de siempre y de nuestra historia reciente hemos hecho cosas grandes, cosas que van mucho más allá de nuestra demografía, de nuestra geografía, de nuestra fuerza material. Y si ello lo hicimos en el pasado, y en ocasiones en momentos muy difíciles, también ahora volveremos a hacerlo».
Este mediodía tendrá efecto la toma de posesión de todos los consejeros de la Generalidad.
A últimas horas de anoche, dos miembros del consejo nacional del PSC-PSOE se pusieron en contacto con este diario para expresar su radical discrepancia con el modo de proceder de la dirección de su partido con relación a la utilización de la Diputación de Barcelona en contra de la Generalidad. «Reventós», dijeron, «no supo ganar y ahora resulta que tampoco sabe perder. Ignora que sólo con la elaboración de alternativas políticas responsables (en el terreno sindical y económico) podría recuperar el terreno perdido y no a base de zancadillas y disputas inmobiliarias que sólo contribuyen a desprestigiar a la principal institución catalana y, desde luego, a los propios socialistas».
También a últimas horas de anoche, la presidencia de la Diputación de Barcelona dio a conocer un «memorandum para la utilización compartida por parte de la Generalidad de Cataluña y de la Diputación de Barcelona de determinados medios materiales y personales de esta última corporación». Su lectura causó auténtica indignación en medios próximos al presidente Pujol.
El memorándum detalla, en tono de concesión graciosa, los inmuebles que parcialmente podrá utilizar la Generalidad. El memorándum es de un tono y de una pormenorización que fueron considerados insultantes por colaboradores de Pujol. Incluso se detalla en él que «la diputación seguirá sufragando los gastos de representación, tal como ha venido haciendo hasta ahora». Por su parte, Jordi Pujol hizo saber anoche que hoy dormirá en la Casa dels Canonges, residencia oficial de los presidentes de la Generalidad, que ahora está parcialmente ocupada por la diputación, desde ayer y por decisión del presidente socialista de la corporación provincial.
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