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El presidente de la OPEP anuncia una inminente subida en los precios del crudo

El presidente de la OPEP, Humberto Calderón Berti, manifestó ayer que es inminente una nueva subida de los precios del petróleo, por parte de aquellos miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) «que lo tienen excesivamente bajo». Aunque Calderón Berti, ministro de Energía y Minas de Venezuela, se negó a identificar a los países que adoptarán tal medida, existen serios indicios de que estos productores son: Arabia Saudí, la propia Venezuela, Katar, los Emiratos Arabes y aquellos países del sector moderado de la OPEP que cobran menos de treinta dólares por el barril de crudo.

Al término de la 561 conferencia ministerial extraordinaria de la OPEP, celebrada los dos últimos días pasados en Taif (Arabia Saudí), Calderón Berti manifestó que, según los acuerdos adoptados en la reunión de Caracas del pasado diciembre, cada país miembro de la OPEP «es libre y puede elevar sus propias tarifas a su antojo». El venezolano matizó que la nueva subida le parecía inminente.Con anterioridad a la reunión de Taif han existido fuertes rumores en los círculos petroleros mundiales de que Arabia Saudí pensaba elevar su crudo de veintiséis a treinta dólares por barril. Esta subida, se aseguraba, formaba parte de una estrategia del principal productor de la OPEP para forzar la vuelta a un sistema unificado de precios, basado en el establecimiento por la organización petrolera de un precio base marcador mínimo, tal como existía en la práctica antes de Caracas. El objetivo de esta política sería devolver el equilibrio perdido al mercado mundial de crudo.

Aunque la 56º conferencia de la OPEP fracasó ayer rotundamente a la hora de ratificar esta estrategia, propulsada precisamente por el jeque Yamani, ministro de Petróleo de Arabia Saudí, en un informe confidencial del llamado comité de estrategia de la OPEP, todo indica que el ministro saudí sigue adelante con sus planes y tratará de forzar esta política por medio de la manipulación del mercado mundial de petróleo, tanto en lo que se refiere a precios como a nivel de producción.

Una nueva subida del precio del crudo por parte saudí significaría, para España, que el precio medio del barril importado pasaría, de 29,50 dólares a 31 o 32 dólares, lo que forzaría al Gobierno a un nuevo incremento del precio de los productos petrolíferos, incluida la gasolina; asimismo, la factura petrolera española, estimada a precios de ahora en unos 11.000 millones de dólares para 1980, se incrementaría en 2.000 millones adicionales.

La estrategia a largo plazo

Aparte del factor precios, que según manifestó Calderón Berti en la conferencia de prensa final, no se ha analizado, la reunión extraordinaria de Taif concentró sus discusiones en el estudio de una detallado informe de 34 páginas mantenido todavía en secreto por la OPEP, en el que se propone, entre otras cosas, la adopción de un nuevo sistema de precios uniformes que sustituiría a la libertad de precios actual.

Pero después de profundos enfrentamientos entre los doce miembros del cartel que asistieron a la reunión de Taif (Nigeria no envió a su ministro por estar, al parecer, en la cárcel, acusado de estafa), el informe sólo fue aprobado por unanimidad en uno de sus capítulos, precisamente en aquel que no se relaciona para nada con el tema de precios a largo plazo. Este apartado, junto con otro referido a las negociaciones a iniciar con el mundo industrializado, que fue postergado para futura discusión en noviembre, fue rechazado violentamente por las delegaciones de Argelia, Irán y Libia. Según fuentes de la conferencia, su oposición se refería precisamente al establecimiento de un precio marcador para el crudo, base de la estrategia de Arabia Saudí, que ellos consideraban lesivo para sus intereses.

Sobre este punto, el informe del Comité de Estrategia proponía la adopción de un precio base o marcador para el crudo llamado arabian light (el que produce Arabia Saudí) y la fijación de otra tarifa máxima para el de mayor calidad, por encima del cual ningún país podría, teóricamente, vender su crudo. Un tema a negociación futura sería la diferencia existente entre los dos precios, pero ésta nunca debería ser superior a las primas clásicas de calidad y distancia que siempre se han aplicado en el mercado.

El dato más novedoso del informe era la fórmula automática que proponía para incrementar trimestralmente el precio base, de acuerdo a un índice matemático elaborado por la Comisión Económica de la OPEP. Este índice se fijaría en función de tres factores: la tasa de inflación del comercio internacional, el cambio monetario de nueve monedas y la tasa de crecimiento económico de los países de la OCDE.

Según manifestó el ministro de Petróleo de Irán, Ali Moinfar, tanto su país como Argelia y Libia se oponían a la adopción de este sistema. No obstante, Calderón Berti, que se negó a identificar a los tres países, señaló que esta oposición era más bien una reserva y que, en su opinión, «los tres miembros que expresaron sus reservas las retirarían en el momento en que se alcance un consenso sobre cuál debe ser el nivel del precio marcador».

El venezolano sugirió que este precio marcador vendría dado en un plazo corto por el propio mercado de crudos; es decir, cuando se alcance un equilibrio estable entre la oferta y la demanda, y no como ahora, cuando la primera supera a la segunda, provocando una tendencia a la baja de los precios.

La 56º conferencia ministerial de la OPEP, que ha tenido lugar sólo un mes antes de que los trece miembros del cártel se vuelvan a reunir en Argel para discutir precisamente los precios que regirán en la segunda parte del año en curso, ha revelado claramente la profunda crisis que atraviesa la organización a la hora de cumplir su objetivo fundacional de controlar el mercado mundial de crudos.

Desde hace cuatro meses, debido principalmente a la crisis de Irán y la política de acumulación de inventarios por parte de los países consumidores, los miembros de la OPEP no consiguen vender todo el petróleo que producen, aunque todavía pueden mantener artificialmente altos sus precios. Esto no obsta para que el coste del crudo en el mercado haya iniciado un declive y es temor de la OPEP, expresado en el informe del comité de estrategia, de que esta baja continúe durante un año o dos más.

Por otra parte, la reunión de la OPEP reafirmó ayer, según consta en el comunicado conjunto hecho público al final de la misma, la intención de los países miembros de no reemplazar a Irán en el mercado que ha perdido como consecuencia de sus conflictos internacionales, presumiblemente con Japón y Estados Unidos.

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