Liberia pide ayuda inmediata a Estados Unidos

El Consejo Revolucionario Popular de Liberia, en el poder, encabezado por el sargento Samuel K. Doe, ha hecho público que le gustaría conservar su ya larga relación especial con Estados Unidos, siempre y cuando Liberia reciba sin demora ayuda norteamericana.

Estados Unidos se enfrenta a un difícil período de equilibrios diplomáticos en Liberia, mientras intenta ayudar en la estabilización del nuevo régimen militar y salvaguardar sus importantes intereses.

Doe ha advertido al embajador norteamericano, Robert Smith, que si Estados Unidos rechaza o demora los programas de la muy necesaria ayuda, el régimen revolucionario no titubearía en dirigirse a la Unión Soviética y a sus amigos de África.

El sargento Doe, de 28 años, nunca terminó sus estudios secundarios y entiende poco de economía o ideología, y ha convencido a los diplomáticos occidentales de que es básicamente pro-occidental, pese a haber adoptado el eslogan de Fidel Castro a «la lucha continua» como lema de la revolución liberiana, y parece decidido a mejorar, a cualquier precio, el nivel de vida de las empobrecidas masas rurales de Liberia.

Los funcionarios liberianos dicen que el embajador norteamericano, quizá sin darse cuenta, ha subvalorado los esfuerzos de Doe por restablecer la normalidad al aconsejar a los familiares de los funcionarios norteamericanos, por orden del Departamento de Estado, que «consideren la conveniencia» de adelantar sus acostumbradas vacaciones de verano.

En Liberia residen unos 6.000 norteamericanos, la colonia más numerosa de esta nacionalidad en el continente, después de Suráfrica. El capital norteamericano en Liberia tiene como base la minería de hierro, plantaciones de caucho, madera, café, cacao, oro y diamantes, y su valor en metálico se calcula en más de 2.500 millones de dólares.