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Discrepancias internas en el comunismo catalán, causa del fracaso de CC OO en Seat

De los veintiún primeros candidatos de Comisiones Obreras de colegio obrero de la factoría que Seat tiene en la Zona Franca sólo resultaron elegidos dos. En el colegio de técnicos y administrativos, de los ocho primeros candidatos de Comisiones sólo resultó elegido uno.

Estos resultados negativos fueron atribuidos por dirigentes comunistas y de Comisiones Obreras de la factoría a importantes discrepancias internas en el seno de PSUC y de las Comisiones Obreras catalanas. Las fuentes afirmaron que un grupo de antiguos dirigentes comunistas y militantes de Comisiones Obreras calificado de blanco (por analogía a la fracción de derecha del PSUC denominada «bandera blanca»), había tachado sistemáticamente a las principales figuras del PSUC y de Comisiones Obreras de Seat que constituyen la tendencia denominada «dura», mayoritaria tanto en el partido como en la central sindical.Las fuentes calificaron que el grupo de «blancos» que había llevado a cabo esta maniobra era casi con toda exactitud de unas 118 personas. Comisiones Obreras cuenta en Seat con 5.300 militantes que están al corriente del pago de su cuota de afiliación.

«No solamente perdimos las elecciones», afirmó una de las fuentes, «sino que, en cierto modo, han cortado las posibilidades de actuación de los dirigentes de Comisiones Obreras en Seat».

Las fuentes detallaron duras divergencias internas acaecidas en los últimos meses en el seno de la factoría, en el PSUC y en Comisiones Obreras. Afirmaron que el comité de la agrupación del PSUC, integrado por dieciocho dirigentes, se había pronunciado por unanimidad (menos dos votos) en contra de las críticas efectuadas por los comunistas catalanes a la invasión soviética en Afganistán. En la misma proporción se había pronunciado en contra de la ausencia del PCE y del PSUC en la conferencia de partidos comunistas europeos, celebrada en París.

Los dirigentes de la línea «blanca» son Roberto Ruiz Sánchez, Pedro López Provencio y Silvestre Gilaberte. Este último es miembro del comité central del PSUC, pero carece de responsabilidades en la organización comunista en la fábrica. Fuentes del sector «duro» acusaron a sus antagonistas de aceptar la regulación de empleo presentada por la empresa y de buscar una alternativa sindical.

Como resultado de las elecciones celebradas el año 1978, CC OO y UGT obtuvieron sesenta delegados cada una; en las celebradas el pasado martes, esta última obtuvo 85, y casi dobla a CC OO, que consiguió 48.

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